39 | Que no desaparezca

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El sonido de la bofetada propiciada por la mano opresora de Hizashi Hyuga se dispersa dentro del gran salón luego de haber dejado una mancha enrojecida en el rostro ladeado y colérico de Sai.

A pesar de que ha sido un golpe fuerte, pues el hombre a pesar de que ya es mayor fue un antiguo soldado de guerra, a Sai parece que no le importa. Al contrario, la única emoción que se ve en su rostro en ese momento es la misma por la que Hizashi no para de sentirse enfurecido pues es como si lo estuviese retando.

A él, que es la máxima autoridad dentro de esas cuatro paredes, de ese Castillo, de ese reino.

El hermano gemelo del difunto Rey Hiashi, Hizashi Hyuga, El Tirano y el radical. 

Desde siempre se ha sabido que no tiene un gran control de sus emociones, principalmente las que llevan fuego en la sangre. Para los que llevan años sirviéndole son tratados como esclavos, además de que para ninguno es sorpresa el trato que generalmente Hizashi imparte al Príncipe Hyuga desde que tienen memoria. A algunos se le hace injusto y extraño que siendo el heredero al trono sea duramente castigado por Hizashi cada vez que tiene oportunidad.

Todos ahí saben que El Príncipe Sai y Hizashi no comparte ningún vínculo de sangre. Sin embargo, la mayoría desconoce el otro mayor secreto que ambos han decidido llevarse a la tumba, aunque por diferentes motivos. 

Sai no es un Hyuga, pero eso es algo que solo Hizashi sabe. A pesar de que no existe un parentesco real entre el Príncipe y la Princesa Hinata, a la chica se le ha lavado el cerebro lo suficiente con historias y anécdotas que le han contado a cerca de su madre y de cómo su linaje era físicamente más parecido a su hermano Sai que a ella.

A la servidumbre, por otro lado, se le ha dicho la misma historia pues luego de la desgracia que sucedió hace años con la Reina Hanae y sus hijos, Hizashi dio la orden de asesinar también a la servidumbre anterior fuera de los ojos de los dos infantes que volvieron con él al Castillo acobijados bajo su gruesa capa.

Para Hinata fue fácil convencerla de que Sai era su hermano y que su Castillo se encontraba en llamas porque ese ataque también formaba parte de la emboscada que les hicieron en el Bosque de Piedra; además de que era muy pequeña para recordarlo por sí sola y también estaba el factor desconocido de que Neji, su verdadero hermano menor, le había borrado la memoria en un arranque para protegerla antes de que se hubiesen separado.

Así que, para la servidumbre actual, la historia que se sabe Hinata a cerca de Sai es la misma para todos.

Sin embargo, sigue siendo incómodo la forma en la que Hizashi trata al Príncipe, aunque en esta ocasión parece que hay algo diferente.

Debe ser la manera en la que el Príncipe Hyuga suelta una risa sátira luego de escupir al suelo un poco de sangre y le devuelve la mirada.

—¡¿Cómo te atreves?! —Los soldados que son parte de la escolta personal del Hizashi no se mueven, pero ven del mismo modo que lo hace la del Príncipe la manera iracunda en exceso con la que el "Rey" está tratando al muchacho. No pueden intervenir, pero a más de uno le pica la palma de la mano viendo la agresión injustificada—. ¡Te di una vida, un nombre, un techo y te di de comer! ¡¿Y así me pagas?! —algunos soldados se miran entre sí sin entender el contexto de las palabras de su Rey. Para Sai, sin embargo, los reclamos le dan gracia como para mantener la sonrisa arrogante que a Hizashi le está enervando cada vez más—. ¡¿Qué te causa tanta gracia?!

—Qué fácil es provocar a personas que han obtenido poder a la mala y que ahora están a punto de perderlo todo. Personas como tú y él, por ejemplo.

Está hablando de Madara.

Está refiriéndose implícitamente a Madara.

Ahí, delante de él, en su propia cara, con los oídos y ojos atentos de soldados que no saben a lo que se refiere el Heredero de los Hyuga pero que al Rey parece llevarlo a la cúspide de su ira.

Sin apariencias 【SasuSaku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora