Sasuke es un hombre-lobo.
Inocente, víctima de la manipulación y las mentiras, al que quieren convertir en asesino.
Su razón de ser es matar al Rey en el momento justo, tal como él lo hizo con su familia hace mucho tiempo. Sin embargo, en sus plane...
Conseguir cazar un ciervo por los medios que sean y regresar, claramente con vida, al punto de partida. Solo así se haría válida la prueba y también la presuntuosa madurez sería alcanzada.
—Qué reverenda estupidez.
—Vamos, Konohamaru, dentro de dos años más será tu turno —la emoción con la que Naruto remueve los cabellos del más pequeño no es ni remotamente contagiosa en ningún aspecto, pero estamos hablando del hijo de Rey, la hiperactividad con patas—. Vaya, creí que me saldrían raíces de tanto esperarte —reprocha a Sai, quien regresa con un par de hojas en manos.
—Tú me mandaste, futuro Rey—ironiza el de cabello negro, ofendido.
—Sí, sí, como sea —suelta Naruto, apresurándose a hacer una seña con las manos al niño—. Konohamaru, ¿podrías dejarnos solos un momento? —sin muchas opciones, accede de mala gana, dejando solo a los dos adultos.
La primera vez que le conoció fue en medio de una pelea en la que claramente estaba en desventaja. Recuerda claramente como el hijo del Rey Minato le hubo defendido y le hubo obsequiado una canasta entera de pan. Para el rubio quizá no habría significado nada pero para Konohamaru habría significado un mes entero de comida.
Y es que Naruto suele ser así. Yendo por la vida, por las calles de la ciudadela ayudando a quien lo necesita. Konohamaru recuerda esa noche en especial. Naruto siendo reprendido por haber escapado de sus deberes en el castillo. De no haberlo hecho quizá él hubiese muerto de hambre o de golpes. A partir de ese momento le ha jurado lealtad, como muchos otros.
—Conseguí la lista de los candidatos como me pediste aunque no sé para qué la quieres —Sai bufa, desinteresado, volviendo a sentarse a su lado viendo desfilar a los que, seguramente, son los que están en la lista de nombre.
—Curiosidad solamente —confiesa, alzándose de hombros, pasando hoja tras hoja hasta detenerse en un nombre en particular—. ¿Akasuna Satoshi? —Sai le mira de reojo, curioso.
—¿Qué tiene? ¿Lo conoces?
—Bueno..., al único Akasuna que conozco es a Sasori —Hyuga relaciona rápidamente el nombre con aquél pelirrojo del castillo—. ¿Será su hermano?
—¿Él te dijo algo sobre eso? —Naruto niega —. Bueno, tal vez les oculta cosas.
—¿Bromeas? Sasori es incapaz —Sai solo rueda los ojos, hastiado por esa ciega confianza de alguien a quien prácticamente él no conoce del todo—. Tal vez es solo coincidencia...
—Sí, lo que digas. Mejor prestemos atención a los candidatos que están a punto de partir —y con ello finaliza el tema de una buena vez.
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