32 | No retrocede, solo crece

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La herencia de Sasuke.

La injusta herencia por solo ser hijo de Fugaku, ocupando un lugar, a raíz de los acontecimientos, que no le correspondía.

Un lugar que a Sasuke nunca le importó ocupar, pero a Madara sí.

Y es que desde que Fugaku había llevado el apellido de los Reyes de Konoha, su peso, a pesar de haber sido exiliado por Minato, seguía siendo abrumador dentro del Reino. Cualquiera que fuera su descendencia, si quería, podría iniciar un conflicto con los hijos de Minato por el poder del trono. Madara siempre tuvo presente ese hecho por lo que haberse ocupado de Sasuke, incluso si este nunca mostró verdadero interés en reclamar el lugar que su padre dejó en el pasado como huella indeleble dentro de Konoha, siempre supuso sería una oportunidad para usar.

Pero no solo quiere la herencia de Sasuke.

No se trata solo de él, y de poseer, gracias a su gran influencia sobre la hija de Minato, una abertura al Reino de Konoha para después robar algo que no le corresponde.

Le corresponde.

Le corresponde si evita pensar en que Fugaku fue quien corrió con suerte y no él, su medio hermano.

Si solo se hubiese asegurado de que Fugaku muriera cuando tuvo la oportunidad de que así fuera no habría llegado a las puertas de ese orfanato y no habría sido el encanto por el que la Reina decidió llevárselo y prohijarlo como suyo.

Se suponía, debía morir.

En su lugar, Fugaku terminó convirtiéndose en Príncipe.

Terminó entrando en un mundo con muchas más posibilidades para gobernar que cuando vivía, únicamente, dentro de una manada de hombres-lobo.

¿Bajo qué estrella había nacido para tener tal suerte?

Siendo el mayor y el primer hijo del, en ese entonces, líder de la manada de lobos a la que pertenecían, Madara siempre fue dejado de lado por ser el menor y aunque, en ese entonces Fugaku, siendo apenas un niño, tampoco demostró interés en el poder, el solo ser el predilecto de su padre fue lo que terminó alimentando el resentimiento de Madara hacia él. ¿Por qué Fugaku y no él?, esa pregunta se la haría no solo una, sino varias veces.

¿Por qué su padre lo prefería antes que él?

¿Por qué, a pesar de haber perpetuado que se perdiera y se alejara de la manada, había salido ileso y había corrido con la suerte de que los Reyes de Konoha lo adoptaran?

¿De qué malditos privilegios gozaba como para que su vida siempre fuera bendecida?

Incluso se emparejó y tuvo su primer mocoso con una mujer-lobo.

Solo cuando, una vez más, perpetuó su desgracia final, misma que acabó con su vida, justo ahora se siente como si Fugaku estuviese llevándole la delantera aun estando muerto.

Él y el mundo confabulando en su contra.

Ese lugar en el trono debería ser para él, no para alguno de sus hijos.

No para Itachi.

Y mucho menos para Sasuke.

Usar al último desde hace años ha supuesto un esfuerzo tremendo, pero todo con la finalidad de que, al poder manipular a su hijo menor, este le abra las puertas a Konoha, poder volver a entrar ahí, vengarse de Minato por la humillación de hace años y, finalmente, sentarse en esa silla de oro que en un principio debió ser de él. Si su padre no quiso ver lo valioso que era al preferir siempre a Fugaku, entonces forzaría a toda Konoha y a los Reinos cercanos a que le prestaran atención.

Sin apariencias 【SasuSaku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora