09 | Cacería

1.4K 170 79
                                    

La segunda noche ha sido tan espantosa como Sakura ha pensado que sería.

No es que presumiera de los lujos y cuidados excesivos que tenía en el Castillo día y noche pero no le caería mal un buen baño de burbujas y esencias naturales.

Bah, qué va, deseaba, por lo menos, conseguir un trozo de jabón y tan si quiera un cepillo para su cabello, el cual ya comenzaba a sentirse tieso.

—Ah, no pido mucho —murmura adormitada, apartando un poco la manta agujereada, que es más un trozo de tela bastante roído ya.

Tan solo lleva un par de horas ahí y la idea de replantearse permanecer en ese lugar suena tentadora. Lo ha sido desde que siente que se ha vuelvo el conejillo de indias de todos. Y es que no solo Sasuke parecía ser un imbécil sin educación, el resto de la manada parecía tener el mismo tipo de personalidad irritante y hasta infantil.

La prueba de ello es que no dejaron de merodear y molestar su carpa una vez que pretendió dormir aunque fuese un par de horas.

Lo hacían para molestarla, por supuesto, como si fueran niños majaderos. Sakura no los entendía. El hecho de que fueran una raza mágica supuestamente extinta acostumbrada a la libertad y al bosque no significaba que tuvieran que comportarse como unas bestias.

"¿Por qué no pueden ser un poco civilizados?" —piensa resignada, tallándose los ojos ya con el amanecer encima. Eso, y claro, la juguetona y peluda cola del lobezno Nero moviéndose sobre su rostro—. Ah, es increíble —bufa rodando los ojos, apartando con cuidado al cachorro para erguirse un poco. Nero inmediatamente espabila como si el cansancio no fuera impedimento para sus ganas de jugar y pretender lamerle la cara—. Supongo que tendré que educarte a ti también —dice pasando de la inicial molestia a una ligera sonrisa ante la atención proporcionada. No es la que esperó en un principio pero incluso el pequeño lobezno se ve más fiel que alguno de esos hombres con los que no lleva conviviendo ni tres días.

Y es que pensar en ellos hace que caiga en pensar en Sasuke al final, y ese insoportable comportamiento hacia ella.

Es decir, no es como que esperara tampoco un efusivo y melancólico reencuentro ni mucho menos pero ¿por qué tenía que comportarse como un imbécil?

Lo que la llevaba a indagar más en sus suposiciones y en la realidad de las cosas. Pasaron muchos años, es normal que no sepa nada de él ni viceversa. Quizá haya sucedido algo en ese lapso de tiempo que haya ocasionado tal cambio pero aún así no busca justificar lo estúpido que le parece ahora.

Pero y si...¿y si algo realmente malo tuvo que pasar para que ahora sea así?

El recuerdo de sus labios tocando los suyos se instala en su mente antes de que pueda sentir lástima por él.

Frustrada, exhala con rabia y se tira de nuevo entre las mantas con el lobezno olfateándole el cabello.

Su primer beso.

¡Su primer beso y tenía que ser de esa manera!

¿Es que no tiene cualidad humana o moral?

Y, sin embargo, ella es tan tonta en pensar en la textura de sus labios. A pesar de que no ha sido para nada cuidadoso ni planeado, él se lo ha dado. Pero de especial no ha tenido nada.

Es un idiota bárbaro.

Como sea, suponer cosas dentro de esa carpa no le va a dar las respuestas que desea.

—¡Levántense, señoritas, es día de cacería! ¡Regocíjense de felicidad!—se oye afuera de la carpa con demasiada injundia pero la respuesta que le secunda solo son bufidos y murmullos para nada emocionados.

Sin apariencias 【SasuSaku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora