02 | Será por amor

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Las malas decisiones de Sakura, esa noche, la llevaron a cometer varios errores.

Cometió el error de mentir a su Rey, a su padre, sobre la verdad de aquella noche en medio de nieve y lobos.

Cometió el error, por no decir la estupidez, de contarle a Madara sobre Sasuke, su salvador misterioso.

Cometió el error de confesarle, además, que era un hombre-lobo.

—¿Qué hacías en el bosque? —Sakura no es consciente de la gravedad de su imprudencia a pesar de que todo el reino se moviliza para aplacar un fuego inesperado que pronto alcanzará los límites del Reino. No es consciente de su desdicha ni de la forma en la que ese hombre la mira, como si fuera un parásito. No es consciente de su propio miedo pues en su mente solo puede pensar en Sasuke y en lo mucho que le preocupa no saber dónde se encuentra —. ¿No dijiste que ibas a ver a Sasori?

—A-ah, yo... — la insolencia, sin importar quien, amerita un castigo. Sakura tampoco es consciente de eso ni de la ira que consume a Madara en tanto levanta la mano en contra de su diminuto cuerpo. Sakura solo es capaz de cerrar los ojos esperando que la bofetada la haga caer...pero no sucede. Al menos no en ella —. ¡Naruto!

—N-no dejaré que toque a Sakura... —valiéndose únicamente de su instinto de protección, Naruto se planta frente a él, recibiendo el golpe, más las lágrimas y el miedo pronto se apoderan de él. Es un niño, después de todo, y aunque su cuerpo se ha movido por puro reflejo, tiene miedo. Pero no se aparta a pesar de las perlas que escurren en sus ojos.

Esos mismos ojos que Minato.

Tan abordados de dolor pero firmes y llenos de un ridículo valor.

—Estúpido mocoso, no debiste hacer eso.

—Ya lo creo.

Con una expresión no propia de él, del padre al que siempre han visto sonreír sin importar qué, Minato se aparece frente a los tres. No hay alegría en su rostro como siempre es visto, en su lugar hay ira.

—M-Mi Rey...—pronuncia Madara, titubeante. ¿Lo ha visto? Cabizbajo, solo se hinca frente a él —. Lo siento, esto no se volverá a repetir.

—De eso puedes estar seguro —pero es demasiado tarde para él. Madara es incapaz de ponerse de pie tras el puño certero que Minato hace impactar en su rostro, casi tumbandole los dientes.

—¡Pa-Padre! —incapaz de hacer algo más que solo gritar, pues la mano de Minato por encima de sus hijos es rígida, Naruto solo asiente cohibido, tomando el pequeño cuerpo y espasmódico cuerpo de Sakura contra el suyo, abrazándola para que deje de llorar.

—Lárgate —gruñe cargado de la más tórrida rabia. No pasan alrededor de diez segundos y ya una la escolta formada por seis de sus caballeros se encuentra rodeando a Madara—. Intentaste tocar a mi hija y golpeaste a mi hijo, a tu futuro Rey. No mereces otra cosa que el exilio —sentencia, haciendo un asentimiento de cabeza solamente para que lo levanten y lo desaparezcan de su vista—. No se te ocurra volver a pisar este Reino o esta vez será mi espada la que atraviese tu pecho, Madara —finaliza, dándole la espalda para acercarse a sus herederos, no sin antes oír sus últimas amenazas.

—¡Vas a arrepentirte Minato! ¡Juro que me las vas a pagar! ¡A tu hija, cuida a tu hija porque por ella vendré primero! —La amenaza altera su ser pero sus hijos, quienes albergan solo miedo en sus ojos, le miran y es incapaz de no prestarles atención. 

Sin apariencias 【SasuSaku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora