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-Tengan cuidado, están muy calientes.- T/N les advertía a los niños que intentaban comer sus malvaviscos recién asados.

Desde que habíamos vuelto del super no dejaba de mirar a la chica, estaba intentando descifrar cosas, verla compartir con mis hijos me movía el corazón, verla sonreír también. Incluso se me aceleraba solo con verla pasar por delante o escuchar su voz. Definitivamente me gustaba, no lo podía negar más.

-Christopher...- Su voz me sacó de mis pensamientos, la miré y me extendía un malvavisco, no me había dado cuenta que estaba haciéndolo.

-Oh, gracias.- Le sonreí y lo puse en mi boca, sintiendo que me quemaba de una forma horrible.

-T/N nos dijo que quemaban.- Me reprendió Minho mientras los demás reían y la mencionada me extendía la botella con agua.

-Tienes que hacerle caso papá, ella sabe lo que dice.- Se burló Changbin.

-Ya, su padre solo estaba pensando en otra cosa, por eso se distrajo y no me escuchó.- Sonrió T/N a todos mientras yo seguia sin poder hablar por el ardor que dejó en mi boca.

-Papá, creo que Jeongin tiene sueño.- Minho sostenía a su hermanito mientras se aproximaba a nosotros.

-Yo lo acuesto.- Nuevamente T/N hablaba antes que yo ya que aún me ardía la lengua.

-Quisiera poder hacerlo yo.- Se ofreció mi mayor, cosa que nos impresionó a ambos, no podíamos negarle el momento tan dulce como lo es el dormir a un niño y más cuando es su hermano.

-De acuerdo, pero no te vayas a dormir tu antes que él.- Se rió haciéndole un guiño, ya conocemos al pequeño, suele quedarse dormido con facilidad cuando salimos de casa.

-Ese seria Jisung o Changbin.- Protestó y los mencionados de defendieron con la boca llena.

El mayor solo los ignoró y se adentró en la cabaña con el pequeño que comenzaba a cerrar los ojos a pesar de luchar contra ello.

Cuando nos quisimos acordar quedábamos solo Changbin, T/N y yo sentados junto al fuego. Los demás niños se habían ido medio dormidos.

-Yo también iré a dormir.- Dijo el último pequeño.

-Pero si es muy temprano aun.- Me quejé mirando la hora.- Además ustedes querían ver las estrellas.

-Sabemos que el fanático del cielo nocturno eres tu, papá. ¿Por qué no le cuentas a T/N un poco de lo que nos haz enseñado a nosotros.- Le sonrió a la chica y luego a mi.- Hasta mañana, descansen.- Se despidió y entró corriendo a la cabaña.

-Estos niños.- Negué con la cabeza, sabía que algo así podría pasar. Siempre era la misma historia, sea con películas o con mirar el cielo, ellos siempre querían dormir.

-¿Sabes?- Habló la castaña a mi lado.- Los niños deben dormir unas 10 horas aproximadamente. Es bueno para su crecimiento.

La miré un momento, me pareció muy graciosa y simpática su forma de tocar el tema e iniciar una conversación que no fuera específicamente de alguno de mis hijos.

-Creo que lo había leído en alguno de los tantos libros que mi madre me dio cuando adopté a los niños.- Reí por lo bajo y ella también.

Levanté la vista al cielo, como bien dijo Changbin, yo era muy fanático del cielo nocturno, podría pasarme horas viéndolo perdido en mis pensamientos sobre la inmensidad del espacio y demás. Eso y el mar eran mi forma de relajarme, en especial cuando me sentía abrumado por el trabajo y el rol de papá soltero, que ahora gracias a T/N se había aligerado bastante.

-Pide un deseo...- Dijo la muchacha observando una estrella fugaz que cruzaba sobre nuestras cabezas.

La vi cerrar los ojos y escuché su murmullo, pero no alcancé a comprenderlo. Yo por mi parte sonreí y bien bajito susurré lo que más deseaba, que ella siguiera con nosotros.

-Sabes... se cree que cada día podemos ver a simple vista en todo el planeta unos 100 millones de meteoros.- Comenté una vez que ella volvió a mirar el cielo.

-Serán casi imperceptibles o sucederán durante el día, porque la última vez que vi tantos fue cuando vinimos de campamento con mi instituto.- Se encogió de hombros.

-En realidad nosotros no podemos verlos bien desde la ciudad por culpa de la contaminación lumínica.- Comenté y ambos quedamos en silencio unos instantes mientras apreciabamos más estrellas que caían frente a nosotros.- La última vez que vi tantos meteoros fue cuando vine de excursión con mi instituto también.

-Fue una noche mágica...- Suspiró y yo la miré extrañado.- Lo siento, pensé en voz alta mientras recordaba algo similar en mi vida.- Se sonrojó y por primera vez me miró a los ojos, brillaban bajo las estrellas y la luna, era tan hermosa que no podía creerlo aún. ¿Por qué me sentía así de atraído por ella si todavía no lograba sacar de mi mente a Nari? Esto no debería ser normal, no estaba bien. Fijé la mirada en sus labios y levanté una mano queriendo rozar su mejilla, pero como siempre alguien nos interrumpía.

-Mamá...- Jeongin se asomaba por la puerta llorando fuertemente.

Cuando me iba a levantar T/N ya estaba a su lado alzandolo en brazos para calmarlo. El pequeño aún seguía dormido, pero eso no le impedía sollozar y sorber su naricita. Me aproximé a ambos y vi como la castaña masajeaba la espalda de mi niño, a la vez que le cantaba una pequeña y suave nana. Era maravilloso verla así de cariñosa con él.

-Ya pequeño...- Dije sumandome a los mimos en la espalda del infante, quedando cerca del rostro de T/N. Jeongin llevó su dedo pulgar a la boca y comenzó a cabecear.- Llévalo dentro, yo apagaré la fogata y entraré.

La chica asintió y se metió en la cabaña, yo apresurado apagué el fuego y cuando verifiqué que todo estuviese en orden ingresé, encontrándome con la tierna imagen de T/N sentada en el sofá arrullando a Jeongin que no la soltaba por nada del mundo.

-Parece que no quiere liberarte.- Me senté a su lado mientras susurraba.

-No, lleva un par de noches haciendo eso, se despierta en medio de su descanso llorando.- Dijo preocupada.

-Debe estar teniendo pesadillas nuevamente.- Fruncí los labios preocupado.- Cuando lo traje a casa era difícil que durmiera una noche completa, siempre se despertaba llorando y gritando por su madre como acabas de verlo.

-¿Puedo preguntar que ocurrió con su mamá?- Con algo de timidez preguntó.

-No me dieron mucha información, solo me dijeron que había fallecido en un incendio donde solo él pudo ser rescatado.- Hice un gesto de tristeza y examiné el rostro de la chica, se veía extraña, como si le molestase el pasado del niño y claro que era entendible, porque era doloroso saber que un niño había perdido a su madre y encima lo había presenciado.

-Creo que mejor iremos a dormir.- De puso de pie y yo la imité.- Descansa.- Quiso salir, pero yo la detuve sosteniendola por su brazo libre.

-Yo...- Comencé sin saber bien qué decirle. Así que me armé de valor y besé su mejilla con suavidad.- Descansa, T/N.

Sin decir más corrí a esconderme en mi habitación, no podía creer que había tenido el descaro de besar, aunque sea en la mejilla, a la niñera de mis hijos, esto no estaba bien, pero no podía contener mis sentimientos, salían a flor de piel cada vez que ella estaba cocinando o cuando acompañaba a mis hijos o simplemente me sonreía de lejos. Después de Nari, pensé que nadie sería capaz de hacer latir así de desenfrenado mi corazón, pero aquí estoy, sintiendo que se me va a salir del pecho y sonriendo como tonto.

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