Miré el pasillo, tantas veces había estado allí sentado conversando con T/N, parecía ayer cuando nos encontrábamos aquí y ella me calmaba antes de entrar con la directora.
-Sigues teniendo el mismo tic.- La sonrisa en los labios de la muchacha hizo acelerar mi corazón, se encontraba con la cabeza recostada en la pared, los ojos cerrados y su mano sobre la mía mientras yo jugaba con sus dedos inconscientemente.- ¿Recuerdas la primera vez que tuviste que hablar con la directora porque te sentías incómodo en clase de educación física?- Preguntó con simpatía.- Yo te acompañé como delegada e hiciste lo mismo con mis manos. Quédate tranquilo, es una simple charla para aclarar la situación de Minho y esta niña.
-Lo se, pero es diferente.- Suspiré y revolvi mi cabello.- Minho es tan...
-Inquieto y revoltoso.- Se rió y ahora si me observó.- Solo deben darle la oportunidad y lo sabes. Tu tranquilo, yo estoy contigo.
-Gracias.- Besé su mejilla y conseguí calmarme.
Las cosas se habían calmado, había conseguido que comprendiera el malentendido con Junha y a su vez yo había entendido su sensibilidad, la falta de hierro y vitaminas la hizo estar todavía más sensible de lo que ya es.
-Papi...- Innie estaba sentado frente nuestro jugando con un pequeño peluche.- ¿None tan mis manitos?
-En sus clases mi amor, cuando el timbre suene ellos vendrán y tú podrás verlos.- Le sonreí con dulzura.
-Peo quiedo velos ahoda.- Puchereó y se acercó a T/N para ser cargado.
-No puedes cariño, ellos tienen que estudiar ahora, debes esperar.- Le dije con cariño mientras lo tomaba yo en brazos, porque la chica seguía algo débil.
-No justo con Innie.- Volvió a reclamar cruzándose de brazos.
-Jeongin no estés de caprichoso.- Le reprendí poniéndome serio.- ¿Qué te pasa que actúas así ahora?
El infante solo miró a su mamá y extendió los brazos hacia ella, queriendo ser cargado.
-Mamá no puede cargarte ahora cariño, no se siente bien.- Dijo con calma T/N acariciando su mejillita.
-Peo...- Comenzó a hacer pucheritos y tener sus ojitos llenos de lagrimas.
-Un ratito, mientras este sentada, pero quédate quieto, ¿si?- Cedió ante el pequeño quien asintió con su cabecita y me miró para que lo pusiera en la falda de su madre.
-Papi...- Frunció el ceño.
-Ya voy, pero ten cuidado.- Lo dejé con T/N quien sonrió con ternura cuando Jeongin se acomodó en su pecho y comenzó a chupar su dedo.- No debes hacer esfuerzos, por lo menos hasta mañana.
-Lo se cariño, pero tranquilo.- Me sonrió para tranquilizarme.
La observé muy concentrado, era bellísima, aunque debajo de sus ojos comenzaban a marcarse algunas ojeras, todo por culpa del cansancio extremo que le provocaba la falta de vitaminas. De manera inconsciente llevé mi mano a su mejilla y con mis dedos índice y mayor la acaricié. Estuvimos así un rato, mientras Jeongin dormía en brazos de su madre y nosotros simplemente esperábamos ser llamados por el director.
-Señor Bahng.- La secretaria me llamó parándose frente a nosotros.- Veo que han venido los dos. El director los espera.
Me puse de pie y tomé a Jeongin en brazos y lo acomodé sobre mi hombro mientras T/N se ponía en pie y comenzaba a ingresar en la oficina.
-Señor Bahng y señorita T/A, es bueno tenerlos aquí.- Saludó el director extendiendonos la mano.- Justamente estaba por llamarles para conversar sobre sus hijos señor. Me parece muy bueno también que la niñera esté presente.

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Babies
أدب الهواة7 niños, un adulto responsable, niñeras que renuncian a cada rato... ¿Podrá lograr que una sola se quede con ellos? ¿Qué podría salir mal? Nunca creyó que criar solo a sus siete hijos le trajera tanto dolor de cabeza y otras cosas... _______________...