Babies

17

El lunes habíamos regresado en la noche y el martes por la mañana todos los niños estaban bajos de energía durante el desayuno, ese día T/N había tenido que salir temprano por unos asuntos personales, por eso yo me encargaría de llevar a los niños a la escuela y llevaría a Jeongin un rato conmigo al trabajo, donde luego T/N lo recogería para traerlo a casa.

-Papá...-Habló Seungmin más serio de lo normal.- ¿A ti te gusta T/N?

Los platos que tenía en las manos temblaron mientras los dejaba en la mesa.

-¿Qué dices?- Le pregunté sorprendido y fingiendo demencia.

-No nos engañes, somos niños pero podemos notarlo.- Rodó los ojos Hyunjin dando un bocado a su tostada.

-Es cierto, además te sonrojaste y temblaste al mencionarla.- Señaló Jisung, maldito sea el momento en que comenzó a ser más atento a las actitudes sociales.

-Nosotros no le diremos nada, pero si quieres te podemos ayudar a conquistarla.- Dijo confiado Minho.

-Oigan... yo no afirmé nada.- Me defendí tomando asiento en la mesa junto a ellos.

-Pero tampoco lo negaste.- Soltó victorioso Changbin.- Sabemos que la noche de los malvaviscos estuvieron muy cerquita, pero Jeongin los interrumpió.

-¿Cómo lo saben?- Pregunté sosteniendo en el aire mi taza de café.

-Solo lo sabemos y ya.- Se quejó Hyunjin, se ve que volver al colegio no le hacía ninguna gracia y lo tenía de malhumor.

-Papá, enserió si te gusta puedes decirnos.- Volvió a insistir Felix.

-Bien... puede ser que un poquito me guste...- Dije sonrojandome, frente a mis hijos no podía ponerme en modo mentiroso, además ya había comenzado a aceptar estos sentimientos.- Pero no le digan a nadie. Ahora, por sus mochilas que nos vamos.- Dije señalando el pasillo antes de que engulleran lo que les quedaba comer y corriera cada uno a su habitación a buscar sus cosas.

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-Señor, es bueno tenerlo de regreso.- Mi secretaria hacia una reverencia exagerada mientras yo pasaba hacia mi despacho cargando a mi pequeño y su mochila.

-Cancela mis citas de aquí hasta la tarde.- Pedí y luego cerré la puerta, antes de que ella pudiera reprochar por los contratos importantes que perdería la disquera si yo hacia eso.

-Ella mala.- Jeongin señaló a Junha con el ceño fruncido, mientras está le hacía gestos que intentaban ser tiernos o cariñosos desde el otro lado de la ventana.

-No digas eso, bebé.- Le reprendí aunque algo en ella nunca terminaba de cerrarme.

-Pero mala ella...- Volvió a insistir haciendo puchero.

-Bien, si tu lo crees yo te haré caso.- Le sonreí y lo senté en el sofá mientras sacaba algunos de los juguetes que se había elegido para traer en la mochila.- Deberás quedarte tranquilo, Innie, papá tiene que trabajar, pero estaré aquí contigo.

El infante asintió con la cabeza y se concentró en jugar con sus cosas, mientras yo me sentaba con la computadora en el sofá cerca suyo para que no se sintiera solo. Cada cierto tiempo revisaba la hora, T/N no había enviado mensaje alguno, quizás estuviera demorada.

Luego de cierto tiempo me levanté a buscar unos papeles que estaban en la estantería detrás de mi escritorio y noté a mi niño cabeceando, quizás se había acostumbrado a la rutina que la niñera le había hecho desde el primer día y esta era su hora de la siesta. Lo tomé en brazos y lo cargué mientras seguía con lo mío para que durmiera algo más cómodo. Aún era pequeño, entonces no me molestaba tanto tenerlo en brazos mientras trabajaba, al menos un rato, ya luego lo pondría en el sofá y lo cubriría con su mantita.