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-Papá...- La vocecita del pequeño sonaba distante.

-¿Qué?- Me quejé aún sin abrir los ojos, me pesaban los párpados por haber estado trabajando toda la noche.

-Felix vomitó, Jisung me tiró con su juguete y Minho me está gritando.- Abrí los ojos de golpe y observé al pequeño, tenia un leve moretón en su pómulo izquierdo, de seguro por el golpe con el juguete.

-Ven aquí.- Me senté y lo cargué sobre mis rodillas, noté sus ojitos brillantes, él siempre se hacía el fuerte ya que era uno de los mayores.- No tienes que hacerte el fuerte Bin, si te duele puedes llorar.

-No me duele.- Afirmó con algunas lágrimas traicioneras ya resbalando.- Sólo... solo....

-Solo te entró algo en los ojos, ya lo sé.- Revolví su cabello y lo abracé con fuerza, consiguiendo asi que se calmase, estos pequeños siempre me sorprendían.-Ven, vamos a desayunar.

El pequeño de cabello oscuro se levantó y me jaló de la mano a la sala, donde el caos reinaba. Felix estaba siendo limpiado por su hermano mayor Minho, Jisung peleaba con Seungmin por los juguetes, Jeongin corría de un lado al otro jugando con un pañuelo y Hyunjin no estaba.

-¡TODOS ACÁ!- Mi grito los sorprendió y como pudieron los 5 niños se posicionaron frente a Changbin y a mi.- ¿Dónde está Hyunjin?

-¡Mira papá!

El grito del pequeño me hizo girar hacia el marco de la cocina, donde el niño estaba trepado intentando agarrar el paquete de galletas que había sobre la heladera, por gritarme se había girado y su pequeño pie resbaló. Rápidamente dejé a los niños en la sala y corrí a a atraparlo, por suerte el que cayó al suelo fui yo y no él.

-Fue divertido.- Se rió mientras hacía el intento de volver a subir, a lo que yo simplemente lo tomé de su camiseta y le impedí que se volviese a subir.- Oye.

-A la sala ahora mismo.- Comenzaba a enojarme con ellos por el cansancio que tenia y el caos que ellos habían montado.- ¿Dónde está la señora Eun?- Pregunté notando la ausencia de su niñera.

-Me dio esto para entregarte.- Minho se levantó del sofá donde se había sentado junto a sus hermanos y me entregó la carta.

Con pesadez tomé la carta sabiendo que se trataba de su renuncia, era la niñera número 7 en el mes. Todas alegaban lo mismo, que ellos eran muchos, que no podían cuidarlos porque no eran buenos niños, bla, bla, bla. Pero ninguna de ellas se había tomado la molestia de conocerlos como realmente son, unos pequeños algo traviesos y revoltosos que necesitaban un poco de cariño y comprensión. Respiré profundo y volví a mirarlos. Ver a los siete pequeños allí sentados me ablandaba el corazón, no podía enojarme con ellos, eran niños nada más.

-Chicos, vamos a entendernos.- Tomé a Jeongin en brazos y me senté en donde se había sentado.- Somos una familia, debemos funcionar como tal. No pueden estarse tirando juguetes- Miré a Jisung que bajó enseguida los ojitos.- Ni mucho menos pelear por ellos.- Al girar la vista hacia Seungmin este también miró a otro lado avergonzado.- Tampoco pueden estarse subiendo a los muebles, es muy peligroso.- Miré a Hyunjin que solo me sonrió recordando su aventura.- Y tengan cuidado con los más pequeños por favor, no deben comer ciertas cosas ni correr dentro de la casa.- Esta vez miré a Felix y a Jeongin, quienes bajaron la mirada igual que Jisung.- Deben comportarse, las niñeras salen corriendo cuando pasan estas cosas. Y si no tienen niñera yo no puedo trabajar. Debemos ayudarnos entre todos.

-Yo puedo cuidarlos.- Propuso Minho.

-No, tu tienes que estudiar, de tus hermanos y de ti me encargo yo. Ya conseguiré una niñera nueva, por mientras hoy iremos de paseo como les prometí.- Me levanté y los vi a todos correr a sus habitaciones con emoción para vestirse.- Vamos campeón, es hora de arreglarte.- Le sonreí a Jeongin y lo lleve conmigo para vestirlo.

BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora