Capítulo 30

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Jungkook salió del baño y vio a su hijo sentado en el colchón con algo en la mano. No era el diario. Parecía un álbum de fotos. El niño giró la cabeza cuando lo escuchó y palmeó la almohada.

—Vamos, papá. Estoy esperando por ti. —Movió sus pies de forma inquieta.

—¿Qué ocurre? —dijo extrañado.

Se sentó en su sitio y Junghyung le puso el libro encima.

—Este es nuestro álbum. Bueno, es de papá, pero siempre dice que es de los dos. Ahora quiero que sea de los tres. —Sonrió de forma inocente.

El mayor lo miró con curiosidad. ¿Serían de aquí las fotos que había visto antes de...? Tragó con dificultad y lo abrió. Las fotografías se sucedieron como una película en su mente. Estaban todos: en clase, en el parque, comiendo, jugando, viendo algo, de compras... Cuando apareció una foto de él y Taehyung abrazados, la mano le tembló.

Acarició la imagen con la yema de sus dedos y sus ojos se cristalizaron. Antes de romper a llorar delante de su hijo, pasó la página, reprimiendo el llanto. En la siguiente hoja, vio varias ecografías impresas, unas fotos de Taehyung durante el embarazo y, finalmente, él con el bebé en brazos.

—¿A que era muy tierno de pequeño? —comentó divertido.

Jungkook lo miró y le sonrió. Lo abrazó por los hombros y dejó un beso en su cabeza.

—Mucho, sí —asintió.

Observó con ternura las fotos de la infancia del niño hasta que llegó al final. Respiró con dificultad y levantó la cabeza con la intención de tragarse todos esos sentimientos que se habían amontonado en su garganta.

—¿Cuánto tiempo crees que tendremos que estar así? —preguntó con tristeza—. Yo... no quiero dejar de ver a mi padre. —Bajó la cabeza.

—Encontraremos una forma de ir a verlo. —Intentó sonreír.

Quería prometérselo al niño, porque era lo que él más quería también. Deseaba ir a ver a Taehyung, aunque, después de tantos años, no sabía si se sentía preparado. Estaba... preocupado. Quizá podía decir que tenía hasta cierto miedo, aunque no sabía el porqué. Se sentía muy culpable por haber olvidado gran parte de su vida. No había podido controlarlo, lo sabía, pero, aun así...

—Será mejor que descanséis. —La voz de Seokjin los interrumpió desde el despacho—. Acabáis de salir del hospital los dos. —Alzó las cejas—. Y, por cierto, Han ha traído vuestra ropa.

Jungkook asintió, cansado. También había descubierto que Han trabajaba para Seokjin. Nunca se lo esperó. Había interpretado esa personalidad falsa muy bien. Se había disculpado con él por mentirle, pero Jungkook no le dio importancia. Le agradeció por cuidarlo y ambos se dieron un abrazo.

—Tío —Junghyung se quejó con un mohín—, ¿no hay ninguna forma de que podamos ir a verlo?

—Por el momento, debes descansar esa pequeña cabecita tuya. Ya pensaré en algo, ¿trato?

—Trato. —Asintió con una sonrisa.

—Bien. Cerraré la puerta aquí para que no les llegue la luz. Estaremos atentos por si pasa algo, así que no le deis más vueltas a nada por hoy. Mañana será otro día.

—Gracias, Jin. —Lo miró con sinceridad.

—De nada, hermanito. —Le guiñó un ojo—. ¿Vas bien con el mareo?

To Mr. Jeon [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora