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Grin sonrió.
-No hay nada que no hayas hecho.

Bill tomó la silla y se sentó.
-Es verdad. Recuerdas las primeras noches? Lo fuerte que gritabas?

Grin se puso seria recordando esos terribles momentos.

-Ayudaaa, Kai, ayudameee!
Así gritabas... implorando por él, pero nunca llegó.

La joven cerró sus ojos, los recuerdos volvían a su mente.
-Todos pensaban que estaba bajo tierra.

-Si, pero él nisiquiera fue al funeral.

Grin suspiró.
-No podrás meterte en mi cabeza.

Bill golpeó la mesa, el estruendo la paralizó.
-Me temes Grin? Después de todo? Después de que me besabas cada vez que te bañaba? Despues de que empezaste a extrañarme y me pedías que me quedara a tu lado en esa oscura habitación?

Grin estaba incomoda escuchando eso, sabía que Kai estaba ahí.
-Callate...

-Hacias de todo para recibir una muestra de afecto mía y durante el sexo ya no luchabas porque sabías que después te recompensaba...

-CALLATE!

Grin se tapó los oidos y cerró los ojos.
-No era yo...

Bill se levantó con cuidado para acercarse poco a poco a ella.
-Lo sé, es el síndrome de Estocolmo, no lo puedes evitar, de alguna forma te enamoraste de mí.

Grin mantenía los ojos cerrados y Bill estaba cada vez más cerca.

Kai, del otro lado, gritaba.
-GRIN, APARTATE!

Golpeaba el vidrio desesperado.

Trató de salir de la habitación pero la habían cerrado por fuera.
-MIERDA!!

Se tiró de los pelos desesperado.

-Incluso te culpabas de las agresiones que te hacía...

Grin empezó a llorar, sintió que se iba a caer pero Bill la sujetó de los hombros.

Lo miró aterrada.
Él la miró fijo.
-Dime... aún me amas?

No supo responder a esa pregunta.

Bill se acercó más y la besó.

Grin cerró los ojos, pensando en el asco que le generaban sus besos, en todos los abusos que fue sometida, las grabaciones, los golpes, todo y por ultimo, su noche con Kai...

Lo apaero con fuerza haciéndolo caer sobre la mesa.
Limpió su boca con sus manos.
-Jamas te amé, fue una respuesta de defensa. Jamas te voy a amar.

Bill sonrió.
-Lo sé, por eso estás aquí.

Grin se quedó en una esquina mirando el vidrio. Deseaba ver a Kai, aunque sea una imagen suya.

Kai puso su mano sobre el vidrio.
-Aqui estoy, no me ire...

Grin se acurruco como una niña pequeña, solo debía aguantar unas horas más.

Pensó en Bebe y la bomba que quería poner.

Por lo que había escuchado no era muy potente pero si efectiva y era a control remoto, por lo que quien la activa debía estar  en el lugar.

Después miró a Bill, estaba sentado esperando. Eso la perturbó.
Porqué está sentado sin hacer nada?

Y recordó sus palabras.
"Lo se, por eso estás aquí"

La bomba no estaba lejos, él quería morir junto con ella y Kai lejos. Era el plan perfecto.

Se levantó y se dirigió al vidrio.
-Esta aquí, la bomba está aqui y Bill tiene el detonador!

Bill al escucharla la tomó del cuello y le tapó la boca.
-Sabia que lo ibas a resolver en algún momento.

Los oficiales al escucharla, dejaron salir a Kai, quien inmediatamente ingresó a la sala.

Bill no soltaba a Grin.
-No te acerques o esto va a explotar.

Dijo levantando un deronador con su mano izquierda.

Kai miró a Grin y ella le sonrió.

En ese momento supo lo que ella pensaba.
-Hazlo.

Bill frunció el seño confundido.
-Que?

Kai levantó sus manos.
-Hazlo, acabemos con esro de una buena vez, SCUM, el culto, tu obsesión por Grin... todo.

-Si muero ahora estaré feliz porque te vi.

Le dijo Grin a Kai y este le sonrió.
-Yo igual.

Bill se enfureció iba a apretar el deronador cuando Lawson le disparó en la cabeza.

Grin se apartó y vio a Bill muerto en el suelo y el detonador en el suelo.

Kai corrió hasta ella y la abrazó.

Lawson hizo ingresar al equipo antibombas y estos guardaron el deronador, mientras buscaban la bomba.

Grin se agerraba a Kai pero veia la sangre de Bill esparcida en el suelo.
-Kai... es satisfactorio ver a Bill desangrándose.

Kai miró el cadaver y sonrió.
-Si, lo es... pero no lo digas frente a los demás.

Le ayudó a levantarse.
Grin lo miró y le acomodó el cabello.
-Te amo Kai.

El joven sonrió.
-Te amo Grin.

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Pasaron unos meses, la bomba había sido encontrada en la cafetería de la prisión y quienes le ayudaron a Bill eran las cocineras, quienes fueron arrestadas y juzgadas por terrorismo.

Kai continuó en su labor de alcalde, muchos querían que fuese reelecto pero él no quería seguir en ese puesto que consiguió matando.

Los hermanos Anderson, vendieron la casa familiar y cada uno compró una propiedad.

Grin vivía con Kai y su casa la arrendaba.

Todo marchaba bien.

-Doctora Grin, su pareja la espera en la cafetería.

Grin sonrió y le agradeció al interno.
-Gracias.

La joven se había vuelto titular de psiquiatría, a cargo de los internos.

Cuando llegó a la cafetería buscó a Kai por todas partes pero no lo encontró.
Buscó su celular para llamarlo cuando la abrazó por la espalda.
-Eres una mujer muy despistada.

Grin sonrió y volteo.
-Que?... tu cabello...

Kai sonrió.
-Si, ahora es café, como siempre debió ser.

Grin le tocó el cabello, se veía muy lindo con su tono.
-Te queda.

Kai le dio un pequeño beso.
-Te amo.

Ambos por fin tenían una vida normal, ordinaria, de esa que tanto se quejaba Kai y de la que tanto disfrutaba Grin.

Se tomaron de la mano, nada podía ser más perfecto.
Incluso sus anillos de compromiso, los cuales en su interior tenían huesos del craneo de Bill.

Incluso sus anillos de compromiso, los cuales en su interior tenían huesos del craneo de Bill

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She (Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora