Después de una semana pensándolo creo que voy a volver. No voy a hablar con Damiano, eso lo tengo claro, pero sigo formando parte de la banda y además los extraño, a Damiano también pero fingiré que no. He tenido el suficiente tiempo para pensar, desconectar y centrarme en mí, ahora creo que lo mejor es volver, la banda me necesita.
Además hay que tener en cuenta que es mi trabajo. Por suerte ahora no estamos de gira y no me necesitan tanto pero en algún momento debo volver. Y creo que el momento correcto es ahora.
-¿Lo tienes decidido del todo?
-Sí, Giorgia no te preocupes.- Le dedico una sonrisa bastante nerviosa ya que si no quiero llegar tarde al aeropuerto debía salir ya de casa.
-Ven aquí...- Me dice alargando los brazos. Acepto su abrazo, obviamente. Esto es una despedida.
-Bueno, vete ya que vas a perder el vuelo.- Añade separando su cuerpo del mio.- Cualquier cosa me escribes. Si Damiano hace algo mal también, hazlo. Y si sient5es que no estás preparada y te arrepientes, aquí siempre serás bienvenida.
-Muchas gracias por todo Gio. Pero creo que esto es lo que debo hacer, aunque no me guste. Te echaré de menos.
-Yo también, pero escribeme, vamos a seguir hablando.
-Claro... y Giorgia, gracias por todo, me has ayudado mucho estas semanas.
-De nada Alda, somos amigas, para eso estamos.- Me da un último beso en la frente. Cojo mi equipaje y salgo por la puerta, el taxi ya me está esperando.
Me subo en el vehículo y mientras el conductor me lleva al aeropuerto a través de las calles de Roma, pienso en mi estrategia para ignorar a Damiano cuando llegue. Va a ser complivcado hacerlo pero no necesito tenerlo cerca en estos momentos.
El taxi finalmente me deja en el aeropuerto de Roma más cercano a mí. Con mi equipaje en mano, y el transportín con Hades dentro colgado en la espalda, camino hacia la terminal aeroportuaria. Tardo algo más dos horas en pasar los controles del aeropuerto, pero teniendo en cuenta que llevo un perro y eso hace más lento el tramite, he tardado menos de lo que esperaba.
En el avión me paro a pensar, total, tengo tiempo de sobras, hay unas pocas horas de distancia entre Italia y Estados Unidos. Y como no, me pongo a pensar en Dam. No puedo pensar en otra cosa.
No sé qué hacer. No se si evitar a Damiano. En el fondo, yo también tengo la culpa de todo. Sé que, al fin y al cabo lo mejor es evitarlo un tiempo, verlo cada día pero no interactuar con él. Luego, cuando ya esté acostumbrada, hablar todo lo que pasó, solucionar las cosas y retomar nuestra amistad. Pero... en el fondo él tiene razón, así que creo que no seré capaz de evitarlo o tratarlo mal ni siquiera al principio.
Lo que sí tengo claro es que tengo muchas ganas de ver al resto del grupo. No he respondido a sus llamadas y tampoco saben que voy a volver así que estoy nerviosa por el reencuentro.
Las horas van pasando en el avión, es un poco estresante. Veo una pelicula, hago sudokus y juego con Hades que el pobre debe estar aburrido de tantas horas de avión.
Decido no pensar más en Damiano hasta que llegue, aunque ya queda poco para eso...
...
Me encuentro en frente de la puerta de nuestra casa de Los Ángeles. No lo voy a negar, estoy nerviosa, mucho. Esto me recuerda a cuando llegué aquí por primera vez. Estaba sola, en un país e incluso un continente en el que solo los conocía a ellos, y ellos a penas me conocían a mí. La única diferencia es que hoy, cuando piso el primer escalón de la puerta, un montón de recuerdos me inundan la mente, ya he vivido muchas cosas aquí, cosas que mi yo de esa noche nunca hubiera imaginado. Cojo las llaves del bolso, las había dejado a mano para no tener que rebuscar en la maleta durante horas en la puerta de casa.
Con cuidado y sigilo abro la puerta que me lleva a la sala de estar y adivinad quién estaba en el sofá... Sí, Damiano, genial.
Escucho voces, el resto del grupo deben estar en la piscina.
Él me mira, su mirada contiene un brillo, un brillo que refleja pura esperanza y me sabe fatal porque mi idea no es perdonarle de primeras, aunque supongo que la culpa es mía.. no sé que hacer.
Le envío una triste sonrisa y entro junto a mis maletas.
-¡Alda!- Ethan entra corriendo, está empapado, (Definitivamente estaban en la piscina), pero aún así se tira sobre mí a abrazarme.
Yo le devuelvo el abrzo, sus mechones de cabello se pegan en mi piel, su cara está hundida en mi cuello y mis manos.. mis manos están agarrandole las nalgas, ups... Lo echaba tantode menos, y su reacción al verme nada más entrar por la puerta me dice que él también.
Voy a saludar al resto pero Ethan no tiene muchas intenciones de soltarme.
-Ethan amor...- Le digo- Sueltame un momento anda. Saludo a los demás y luego vuelvo a abrazarte.
El pelinegro se separa de mí y me sonríe.
-Has vuelto.
-¡Alda!- Vic suelta tremendo chillido que casi nos deja sordos a todos. Hasta Giorgia lo habrá escuchado desde Roma.
Apartando a Ethan de un codazo me abraza, un abrazo bastante más corto que el de Ethan, por suerte. Mientras el contacto perdura, la aprieto entre mis brazos lo máximo que puedo aunque es muy incomodo ya que entre todos me están dejando empapada.
Cuando por fin Vic y yo nos separamos le sonrío a Thomas, él me abraza y me besa la mejilla.
-Te he echado de menos.- Me dice, con más calma que Victoria, eso seguro.
De fondo veo a Damiano con una mirada triste, me sabe mal hacerlo pasar por esto, en el fondo no se lo merece y lo sé, pero sé que si le perdono me arrepentiré por algún motivo.
Le miro y le dedico una mirada idéntica a la suya.
-Voy a arriba-. Intento agarrar mis maletas pero pesan mucho.
-Te ayudo.- Damiano agarra la mitad de mi equipaje y sube detrás de mí. El resto del grupo no interviene, pensarán que vamos a hablar o algo, aunque yo tengo claro que hoy no lo haré.
Al llegar a la habitación dejamos todo en el suelo.
-Gracias-. Digo. Es como si solo fuéramos conocidos y nunca hubiéramos tenido nada, se siente raro y vacío.
-De nada.- Se gira para marcharse.
-Dam...- Le llamo.
Se gira hacia mí y hace un gesto con la cabeza como para decirme que hable.
-Nada, da igual.- me arrepiento al momento de llamarlo, es pronto para hablar. <<Recuerdalo Alda, aún no.>>
Baja la mirada y sale de la habitación. Joder, no me merezco a Damiano.
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Maneskin 2
FanficPara Alda no es tan fácil olvidar a Damiano, está en un limbo entre olvidarse de él o perdonarle. ¿Será capaz de hacerlo? ¿Y que consecuencias tendrá?