XIV: Soluciones

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ALDA

Yo estaba tranquila en el salón. Thomas y Ethan estaban tranquilos en el jardín, Vic y Damiano estaban haciendo la compra y yo como no tenía nada mejor que hacer estaba jugando con el perro en el sofá.

-¿Quien es mi perro bonito?- Le decía con la misma voz aguda de siempre. El, al escucharme movía la cola energeticamente feliz.

De repente la puerta se abrió.

-¡Ah! Que susto Damiano.- Dam entraba rapidamente y fue hacia la cocina.- ¿La compra?- le pregunté con el ceño fruncido. El me ignoró completamente a lo que yo me levanté del sofá y me acerqué a él rapidamente. Abrió varios cajones como si buscara algo, a lo que yo me extrañé, lo notaba raro. Agarró un cuchillo de un cajón y me miró unos segundos. Me congelé completamente. ¿Porqué se comportaba así? ¿Que iba a hacer?

-Dam...- Le dije, mas como una suplica de que no hiciera nada raro. No sabía que hacer; Vctoria no entraba a casa, ¿Estaría bien? A Ethan y a Thomas tampoco se les oía, que raro. Sin tiempo a reaccionar Damiano se clavó el cuchillo en el pecho.- ¡Ahhh!- Comencé a hiperventilar. De su cuerpo no paraba de brotar sangre, a lo que yo me asusté muchisimo. Sentía a Damiano raro, me sentía rara a mi. ¿Que coño pasaba?

-¿Dam?- Le preguntaba sin respuesta niunguna.- ¿Dam? Dam no...

De golpe todo fue silencio. Me quedé arrodillada en el suelo con Damiano en los brazos. Comencé a llorar desconsoladamente, sin saber que hacer.

-Alda- Oia a Vic.- Alda..

De repemte me levanté por falta de aire. Estaba en su casa. ¿LO había soñado?

-Alda mi amor..- Me abrazé fuerte a su brazo, la luz estaba encendida pero como me acababsa de levantar no veía casi nada.- Alda estabas soñando, tranquila.

Escucharla me tranquilizó mucho pero aún así no pude evitar llorar más. Ella se apoyó en la cabecera de la cama y yo la abracé por completo, tumbandome también.

-Shh mi niña ya está ¿Sí? Estás bien, todos estamos bien.

-¿Y Damiano?- No pude evitar preguntar.

-Está aquí.- Levanté la mirada y le vi, mirando hacía aquí. La verdad no me di cuenta de que estaba. ¿WQue hace aqui? ¿Que hago yo aqui? Todas las preguntas se fueron de mi mente. Está bien, es lo que cuenta. Llorando mas rodeé la cama y le abracé a él. Se puso de pie y hundí mi cara en su cuello, necesitaba ese refugio. Noté que ellos dos se miraban, supongo que habían hablado de mi antes, pero no me importó, no me importó nada.

Una vez más tranquila me separé de él y me sequé las lagrimas con los puños de la sudadera, que poco después me di cuenta de que era suya.

-¿Estás bien?- Me preguntó mirandome. Asentí con la cabeza y me volví a pasar el dedo indice por debajo del ojo.- ¿Quieres un vaso de leche o algo?

Sin decir nada solo asentí y él salió de la habitación.

-¿Que hora es?- Le pregunté a Vic.

- Las cinco y cuarto.

-Joder, pensaba que ya era por la mañana.

-Ya, pues aún falta un rato, y deberíamos dormir algo.

-Lo sé pero no creo que pueda. No quiero volver a soñar, era muy real, sentía como si de verdad lo estuviera viviendo.

-Pero no lo has vivido así que puedes estar tranquila.- Yo le sonreí y Damiano entró a la habitación con dos tazas en la mano.

-Ten- le tendió una a Vic.- te he echo uno de tus tés, pensé que te iría bien para dormir.

Maneskin 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora