Rosas & Sangre (Shikaneji/Nejishika Mafia AU)

Capítulo VI

SHIKAMARU

Desperté en una habitación que no conocía, en una cama que no conocía; me senté en ella y miré a mi alrededor, estaba oscuro, pero no frío, la puerta estaba entreabierta y se podía ver luz del otro lado. No recordaba muy bien lo que había pasado.

Es lo que cuesta una carrera universitaria

Un dolor fuerte en mi cabeza me tumbó de nuevo en la cama, soltando un quejido. Vi la puerta abrirse, revelando una figura familiar, era Neji.

- ¿Shikamaru estás despierto?

- Que... ¿qué sucedió? - dije con la respiración entre cortada.

- Mmhh, déjame ver, ah si, llevas desmayado como por cinco horas.

- ¿QUÉEEE? - literalmente, grité.

- ¿Quieres calmarte?, dios...

Cinco horas con ese maniático o lo que sea, en ese tiempo me pudo haber violado, robado, doxeado y quién sabe qué más.

- Sé lo que estás pensando... pero yo no soy como mi tío, me gusta hacer las cosas un tanto diferentes.

Sigue sin darme confianza, ese diferentes no es para nada convincente.

Ellos, ellos los mataron, y fue mi culpa, no tuve que haberles pedido entrar en esta universidad... esto fue un error, un grave, grave error.

- Mientes.

- ¿Qué?

- Ya me escuchaste, eres un mentiroso, mis papás nunca le pedirían dinero a la mafia, menos a gente como ustedes. - Zanjé, frunciendo mi ceño y mirándolo con odio.

- Shikamaru, todo lo que dije es la verdad, está bien si no quieres aceptarlo pero...

- ¡Cállate! ¡Solo cállate, CÁLLATE! No voy a escuchar más de TI. - dije y salí corriendo de la habitación lo más rápido que pude.

No quería escuchar lo que tuviera para decir, no me interesaba, ellos estaban muertos y todo era mi culpa...

Llegué a mi dormitorio, sentía que la cabeza me iba a estallar de dolor. A como pude saqué mis llaves y abrí la puerta, ni siquiera me quité los zapatos solo cerré la puerta que dejó un ruido sordo y me tiré en la cama... Lloré, lloré hasta que no me quedaron lágrimas, lloré por mis padres, lloré por mí, lloré hasta que se me acabaron los motivos para llorar, hasta que cada gota de agua que se hallaba en mi cuerpo desapareció.

Me sentí vacío. Me quedé acostado boca arriba unos minutos más hasta que me levanté y fui al baño, me mire en el espejo y, sin pensarlo dos veces, le di un golpe que lo hizo pedazos. Observé como en cámara lenta todos los vidrios se esparcían por el piso, miré mis nudillos, estaban cubiertos de sangre, sangre. La sangre tenía un olor característico, olía a... dolor, desesperación, desesperanza, agonía... sangre, vi como se deslizaba por mis manos y antebrazo, hilos delgados color carmín y tan, pero tan, hermosos.

Me sentí como hipnotizado, todo acerca de lo que sucedía me encantaba, miré mi reflejo en los pedazos que quedaban del espejo roto y no pude evitar sonreír. Me sentía eufórico, la adrenalina corría por mis venas.

Sentí mi sonrisa desvanecerse al mismo tiempo que regresaba a la realidad. Estaba actuando por puro impulso y me estaba dejando llevar demasiado. Me alejé del espejo y comencé a respirar profundamente, inhalaba, dejando que el aire mezclado con el olor metálico a sangre llegara a mis pulmones y exhalaba dejando ir la tensión que había estado acumulando junto con todos los sentimientos que tenía mezclados.

Ir a buscarlo fue no una mala idea, fue pésima. Dios, estoy demasiado obsesionado con el asesinato de mis padres, que al fin y al cabo terminó siendo mi culpa.

Yo sabía la carga que estaba poniendo sobre sus hombros, pero mi ambición me cegó tanto, que no me di cuenta de los sacrificios que tuvieron que hacer... incluyendo sus vidas, maté a mis padres. Yo quería ir a esa universidad, ellos no podían pagarla y yo lo sabía ¡yo lo sabía!, y aun así fui egoísta. Ellos no pudieron pagarla y pidieron dinero, no al banco, oh no, al banco no, con ellos ya tenían muchas deudas... me di cuenta el día que dejaron una carta en la entrada de la casa y yo la recogí. 

Eso fue cuatro días antes de que entrara en la universidad. Abrí la carta, que tenía una estampilla local, linda, muy linda, era un pájaro en pleno vuelo, todo lo contrario, al contenido del sobre. En donde les daban a mis padres cinco meses para desocupar la casa, porque ya no podrían pagar esas cuentas. Claro que no pudieron llegar a esos cinco meses porque les pegaron un tiro en la cabeza a ambos.

Después de calmarme y pensar un poco abrí uno de los gabinetes debajo del lavamanos y saqué unas banditas que se encontraban en el fondo, no tenía idea de cuánto llevaban allí. Tras lavar las heridas de mis nudillos y cubrirlas con una bandita cada una, liberé un último suspiro antes de salir del baño y dirigirme a un pequeño closet que estaba en la cocina. Originalmente era la alacena, pero yo lo usaba de cuarto de limpieza. Saqué una escoba y comencé a barrer los vidrios del espejo roto, - ahora tendré que comprar otro que fastidio. - me hallé murmurando en voz alta.

Neji tiene razón. No todos los hijos se parecen a sus padres, algunos se vuelven más buenos o más malos que ellos, y no tenían porqué enterarse de nada.

Nunca creí que el Hyuga se comportará de esa manera conmigo. Pensé que me costaría la vida encontrar respuestas pero el castaño me había demostrado que no era así.

Me había desmayado, que, por cierto, aún seguía con un agudo dolor en la cabeza pero en mi momento dramático no me di cuenta de ello, y así, el Hyuga había decidido cuidar de mi, pero ¿que hice a cambio?, en lugar de agradecerle salí corriendo como el gran cobarde que era y me encerré en mi habitación para romper espejos que nada le habían hecho a mi vida.

Me hubiera gustado conocer a Neji antes, pero, yo sé que con chicos como el ojiperla no había que meterse, porque uno lo podía pagar caro. No es que alguien sospechara de que Neji Hyuga formará parte de un clan de la mafia, pero el simple hecho de tener ese apellido lo hacía intimidante ante todos.

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Holaaa personitas <3 ¿cómo están?, espero que bien, aquí tienen su capítulo semanal. Trataré de seguir publicando todos los lunes sin falta a partir de ahora :), espero que tengan un lindo día y gracias por leer ♡

Les recuerdo nuestra playlist de Spotify, porque leer en ambiente es mucho mejor que leer en silencio: