Capítulo XXXI

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Advertencia: este capítulo contiene escenas sexuales, con un lenguaje un poco explícito.

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- Espera... espera, Neji, alto. - Dijo el azabache entre jadeos entrecortados. 

Las camisetas de ambos ya se hallaban en el suelo, Neji no dejaba de besar los labios de Shikamaru, lentamente yendo hacia su cuello y hombros. Shikamaru se encontraba arrecostado en la cama y el ojiperla encima de él, repartiendo pequeños mordiscos y besos por todo su torso. 

El castaño no se detuvo después de las palabras del azabache, si no que, lentamente fue bajando el zíper de los jeans del contrario con su boca.

- Neji... - Gimió el pelinegro, tomando al contrario de su cabello, jalándolo suavemente. 

- Cállate.. es mi turno... - Sonrió, su mirada tornándose más y más oscura con cada toque, cada beso y cada mordida.

Shikamaru no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando el ojiperla lo despojó de sus jeans. La respiración del azabache era nerviosa y temblorosa.

- Hoy haremos algo... diferente... - Dijo el castaño casi en un susurro. - ¿Dónde pusiste los condones que compramos? - Preguntó con la mayor indiferencia del mundo.

Shikamaru solo apuntó hacia un cajón de una mesita de noche al lado de la cama, el cual Neji abrió y sacó uno de la caja, dejándolo encima de la mesita. Neji bajó lentamente el bóxer del contrario, revelando lo duro que estaba su miembro y lo desesperado que estaba por solucionar su problemita.

El Hyuga deslizó su dedo índice por la longitud del azabache, haciendo que el pelinegro se estremeciera y sujetara las sábanas de la cama, suspirando y mordiendo su labio inferior, estaba tratando de contenerse y Neji se encargaría de que no fuera así.

El ojiperla bajó sus besos hacia el abdomen bajo del azabache. Su lengua lentamente lamió la piel expuesta, pero esta vez no se dirigió al miembro del pelinegro, si no que se deslizó hacia su entrada, haciendo que el azabache gimiera muy suavemente y cerrara los ojos, apartando la mirada.

Neji sonrió y siguió en lo que estaba, sus manos separaban las piernas del Nara, para que luego sus dedos fueran lentamente yendo hacia la dura longitud del pelinegro. Shikamaru sujetaba las sábanas de la cama como si su vida dependiera de ello, se sentía extremadamente caliente y sus pensamientos no iban hacia ningún punto fijo.

Hacía lo posible por contener sus gemidos, pero cada vez que la lengua del ojiperla se adentraba en él, cada movimiento que sus dedos hacían sobre su miembro, un gemido ahogado escapaba de sus labios y se estremecía en la cama. Se sentía al borde. Sus jadeos se volvían cada vez más y más pesados, y los espasmos que recorrían su cuerpo lo hacía estremecerse con cada toque.

No aguantó más, se corrió más rápido de lo que creyó que lo haría. Sus manos cubrieron su rostro, sonrojado y ocultando lo nervioso que se sentía en este momento, pero se sentía demasiado bien, tanto que parecía estar mal, era muy bueno como para ser verdad y cada sensación lo hacía tocar las nubes una y otra vez.

El Hyuga untó sus dedos con la humedad del  pelinegro, y sin previo aviso introdujo uno de ellos en el interior de Shikamaru, haciendo que soltara un gemido un poco muy sonoro como para ser detenido por las paredes de la habitación.

Neji introdujo un dedo más, y con este se aseguró de ir cada vez más y más profundo dentro del pelinegro. Cada vez que Shikamaru gemía y sujetaba con más fuerza las sábanas de la cama, los labios del ojiperla se curvaran en una sonrisa, más siniestra, más lasciva, más hambrienta.

Introdujo un tercer dedo, buscando puntos sensibles en el interior del azabache, encontrando varios y tratando de memorizar en donde estaba cada uno. Sacó sus dedos y el pelinegro pudo escuchar un pequeño paquete siendo abierto. Sus pupilas se dilataron cuando el castaño terminó de quitarse sus jeans y bóxers y colocaba el condón en su miembro.

El Nara apartó su mirada he inconscientemente abrió sus piernas un poco más. Neji sujetó al pelinegro de la cintura y alineó su longitud con la entrada de Shikamaru, metiendo su miembro poco a poco.

- ¿Vas bien? - Preguntó el ojiperla con la respiración entrecortada.

Shikamaru solo asintió, aunque tenía una leve expresión de dolor en su rostro. Cuando el castaño entró por completo, acarició el cabello del azabache, quien seguía aferrado a las sábanas.

- Buen chico. - Susurró el castaño antes de comenzar a moverse, afuera y adentro, a un ritmo lento, esperando a que el pelinegro se acostumbrara. 

Sus respiraciones eran temblorosas, Neji por lo apretado que estaba Shikamaru y el azabache por la inexplicable sensación que estaba experimentando, nunca había hecho algo así, se sentía sucio y pecaminoso pero a quién le importaba eso en un mundo en donde dispararle a las personas en la calle era normal.

Shikamaru se estremeció nuevamente cuando el ojiperla golpeó un punto específico en su interior, y soltó un suave jadeo de placer, esto hizo que Neji comenzara a moverse más rápido, golpeando ese punto una y otra vez, haciendo que el cuerpo sensible del azabache temblara ligeramente y sus gemidos aumentaran en volumen. 

Embestida tras embestida, el pelinegro jadeaba y le pedía a Neji que se detuviera, este último sabiendo que sus palabras eran mentira, porque el cuerpo de ambos lo disfrutaba como nunca. El interior del pelinegro se sentía tan caliente y apretado, cosas que solo hacían que el ojiperla aumentara la intensidad pero que se mantuviera en la misma velocidad.

Shikamaru sentía que no aguantaría más, estaba al borde de perderse a sí mismo en los ojos perla de Neji para siempre, la manera en que seguía sujetando su cintura para profundizar cada estocada lo volvía loco. Si, había escuchado rumores de lo bueno que era el castaño en la cama, pero nunca se los tomó en serio hasta ahora.

Unas cuantas embestidas más fueron suficientes para que ambos alcanzaran su orgasmo y se corrieran al mismo tiempo que el otro; Neji se sentía agotado, la energía solo le alcanzó para salir del interior de Shikamaru y acostarse a su lado. Shikamaru cubría su cara con sus manos, completamente rojo y ambos de ellos empapados en sudor.

Fue el azabache quien terminó limpiando todo, otra vez, pero cuando terminó, se acurrucó al lado del ojiperla, quien no tardó en rodear sus brazos al rededor del cuerpo del pelinegro, recostando su cabeza en el pecho del azabache. Shikamaru lo besó en la frente antes de que ambos se quedaran dormidos en los brazos del otro.

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Holaaa!! Cómo están? Espero que bien como siempre! 

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Holaaa!! Cómo están? Espero que bien como siempre! 

Muchas gracias por todo su apoyo a esta historia, de verdad se los agradezco un montón, muchas gracias por las mil lecturas, de verdad que gracias! <333, los espero el martes con una nueva actualización <33 Los quieroo!! <333333

Rosas & Sangre (Shikaneji/Nejishika Mafia AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora