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Su corazón le dolía.
Así no se supone que debería sentirse al encontrar a su destino. Pero la razón es porque no lo era, no había conocido a su destino. Solamente se había aferrado a la idea de que estaba enamorado de aquel chico que observaba por su ventana, cuando en realidad no lo estaba.
El rechazo había dolido.
Un adolescente que no hizo caso a las palabras de sus mayores le traería consecuencias. Un adolescente iluso y lleno de esperanzas por ser normal al igual que los demás. Aquel primer beso que dio siendo solo un recordatorio de que él no sabía nada del mundo. No sabía lo tan peligroso que podía llegar a ser.
Solamente corrió y corrió.
No tenía a donde ir, no sabía a donde iba, solo corría todo lo que sus piernas podían mientras que sus lagrimas no paraban.
Estuvo apunto de ser atropellado varías veces, chocó con tantas personas y tropezó otras cuantas pero aquello no lo detuvo, nada podía hacer que su corazón roto dejara de doler.
No supo cómo llegó a una calle vacía donde no había salida a menos que regresara por el camino que tomo.
Ahora Seonghwa tenía miedo.
Retrocedió pero escuchó una botella romperse. Dirigió su vista al sonido encontrándose con un hombre adulto junto a más de una botella de alcohol a su lado y que no dejaba de repetir las mismas palabras.
— Malditos Kim... Los aborrezco por la vida a la que me han llevado — río sin ganas — por unas simples muertes y un poco de su dinero robado me dejaron en la ruina.
El adolescente tratando de hacer el menor ruido se dio la vuelta para salir de ahí. Se había metido en el lugar equivocado.
Un grito desgarrador salió de su garganta al sentir como alguien lo tomaba de su cabello y lo llevaba para atrás.
— Un niño... un niño como el pequeño Kim — lo observo de pies a cabeza apretando más su puño que sostenía el cabello del menor — Los niños son tan horribles... yo tengo uno, parece ser de tu edad, pero no hace nada más que decepcionarme.
— Suélteme, señor. Por favor — susurró con terror en su voz.
— ¿Sabes, niño? Por culpa de unos billonarios la policía está buscándome por toda la ciudad y sé que no tardarán mucho en encontrarme... — tomó otro gran sorbo a su botella de alcohol mientras que tomaba al pequeño pelidorado por el cabello — así que ya no me afecta en nada si hago un último "delito", como lo llamarían ellos.
El señor tiro su botella por ahí para tirar el cuerpo del adolescente al suelo y empezar a golpearlo, descargando toda su furia en el niño.
Seonghwa no dejaba de llorar y patalear, estaba odiándose una vez más, odiaba su maldición, odiaba ser el.
El señor de un momento para otro estaba dejándolo sin su bonita ropa que su madre le había regalado por su reciente cumpleaños y de inmediato entró en desesperación.
Vio una botella de vidrio en el suelo y la agarró.
El pánico actuó por él.
No le dio tiempo al señor mayor de defenderse y lo golpeo con ella. No solo una vez, fueron dos, tres, cuatro y hasta cinco veces que lo hizo.
Sangre.
Había sangre en sus manos y en el cuerpo sin vida delante de él acompañado de vidrios esparcidos por todo el callejón.
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•Malédiction• Seongjoong/Honghwa
FanfictionNadie sabe el por qué ni el cómo es que en la familia Park exista una maldición en cada uno de los miembros de la familia, la cual hará que el poseedor tenga una inimaginable mala suerte. Sin embargo, y por fortuna, está maldición tiene una cura, u...