Kim Hongjoong

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Caminaba tranquilamente por los pasillos de aquella empresa mientras que escuchaba los nada disimulados comentarios sobre su persona por parte de los empleados.

De entre ellos mujeres y hombres por igual alagando su belleza, algunos otros cuchicheando acerca de su historia familiar y uno que otro insultandolo; posiblemnete por envidia o que sabía el. Sin embargo,esas palabras no le causaban ningún sentimiento en lo absoluto, no le importaba lo que hablaran a sus espaldas.

Siguió con su camino hacia su oficina siendo seguido por su secretario Song Mingi - alias su hermano adoptivo y mejor amigo de toda la vida - hacia lo que ahora era su oficina como CEO en la empresa de su familia.

¿Estas poniendo atención a lo que te estoy diciendo? — el rubio levantó una ceja esperando una repuesta del contrario.

Todas y cada una de tus palabras — sonrió de lado.

Pues déjame decirte que tu cara dice todo lo contrario.

Perdón, perdón.— se detuvo y abrió la puerta de su oficina viendo con orgullo todo lo que tenía al frente.

¿En qué tanto estás pensando? O más bien ¿en quién?

No es eso. Solamente creo que este será un buen día.

— Sin duda lo será, Hongjoong.

Este asintió con una gran sonrisa en el rostro, se acercó a su escritorio en donde se encontraba un portafotos con una fotografía muy reconocida para el.

Espero que estén orgullosos de mi — susurro hacia la fotógrafa mirándola con sentimiento.

Mingi al verlo así soltó un pesado suspiro dirigiendo su vista hacia otro lado de aquella oficina.

Si Hongjoong a su temprana edad de trece años pudiera describir su vida sin duda usaría la palabra felicidad.

Sus padres Kim Seojoon y Lee Yunseo lo amaban en demasía y el a ellos.

Aunque él haya nacido en "una cuna de oro", según decían los demás, su familia le enseñó desde pequeño a ser una buena persona y ser respetuoso con los demás sin importar alguna diferencia e incluso serlo con aquellas personas maliciosas que no lo merecieran.

Su abuelo, Kim Minjoon, fundó a temprana edad una empresa de moda en donde modistas no tan reconocidos podrían trabajar con toda libertad creativa; esto debido a su esposa y su gran pasión hacia la confección de ropa.

Rápidamente la empresa creció a niveles inimaginables siendo en la actualidad una de las marcas más reconocidas en el pais.

Incluso gacias a esta es que sus padres se conocieron. Su madre siendo una reconocida modelo y su padre era quien confeccionaba toda y cada una de su ropa que modelaba.

Hongjoong creció viendo esa gran pasión que su familia tenía en el trabajo que su sueño de dirigir la empresa como lo hacía su abuelo siempre estuvo ahí y siendo apoyada por quienes amaba.

Tal y cómo está narrado todo era perfecto para la familia Kim. Pero lamentablemente no todo en la vida es alegria.

El 7 de noviembre, día en que nuestro protagonista cumplía sus catorce años, la tragedia llegó para el Kim mayor y el Kim menor.

Todo sucedió tan rápido, no lograban procesar las palabras recien dichas de los doctores, ni Minjoon ni Hongjoong pudieron emitir una palabra.

Las lagrima descendieron de los ojos del menor y con la voz quebrada habló — ¿Que mis padres, qué?

Lo laméntamos. La señora Kim Haneul, el señor Kim Seojoon y la señorita Lee Yunseo no pudieron sobrevivir a aquel accidente automovilístico.

Hongjoong sintió en ese instante que lo había perdido todo, las tres personas que más amaba se habían ido, ya no estaban con él y todo por un conductor en estado de ebriedad. Se aferró fuertemente a los brazos de su abuelo sin poder detener su inconsolable llanto.

Minjoon juró vengarse del responsable de aquel sufrimiento, y así lo hizo, aunque aquello no le causó ninguna satisfacción, no pudo curar con eso su corazón roto tras haber perdido el amor de su vida y a su único hijo que tanto amo. Aun así, tenía que seguir adelante y su única motivación fue su querido nieto.

Los siguientes doce años crió a Hongjoong convirtiéndolo en un gran y buen hombre del que su hijo y su esposa estarían orgullos, igualmente trabajo más duro para poder dejarle un buen futuro a su nieto tanto dentro como fuera de su empresa.

Gracias por todo, abuelo. Gracias. — sonrió con lágrimas Hongjoong mientras tomaba la mano de su abuelo quien se encontraba en una camilla de un hospital, este le devolvió la sonrisa.

No estes tan tríste mi Joong, quiero que sigas sonriendo todo lo que te queda de tu vida. Disfruta y sigue adelante — apretó fuertemente la mano de su nieto notando que era mucho más grande que cuando el contrario era un niño — También, quiero que encuentres a alguien con quien pases el resto de tus días, no quiero que te quedes solo.

Hongjoong soltó una ligera risa ante esas palabras, las cuales su abuelo se las decía casi diariamente — Te lo prometo abuelo, encontraré a alguien que me haga feliz y lo haré feliz de vuelta.

— Cuídate mucho.

— Lo haré.

Dejo aquella fotografía en donde aparecía el de trece años con toda su familia en su escritorio y se giró hacia Mingi — ¿Por donde empezamos? — dijó con una gran sonrisa.

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•Malédiction• Seongjoong/HonghwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora