Episodio 9: Porque...

2.2K 375 108
                                    

Después del apasionado beso, Juliana y Valentina se quedaron con sus frentes unidas y los ojos cerrados, disfrutando de la cercanía de sus respiraciones y de la suavidad del roce de sus narices. Se sonrían como si fueran las personas más afortunadas del planeta, se encerraron en su burbuja, dónde no importaba nada más que ellas, viviendo esos hermosos instantes que deseaban perpetuar hasta la eternidad si fuese posible. Sus corazones latían, apresurados, enardecidos por estar junto a su otra mitad.

- ¿Por qué sonríes? - preguntó Valentina, sin atreverse a abrir los ojos, al sentir la sonrisa de la morena en sus labios.

- Porque eres una cobarde - respondió haciéndola reír - Prefieres besarme antes de responder que quieres lanzarte conmigo a esta aventura porque sabes que todo esto que sentimos merece una segunda oportunidad - seguían balanceándose, abrazadas, como si estuvieran escuchando una hermosa melodía. Sin embargo, aquel silencio de la noche solo era roto por sus suspiros enamorados y el sonido de sus corazones retumbando en sus pechos, reclamado ser escuchados.

- Tengo miedo, Juls, no soportaría perderte de nuevo - reconoció abrazándola más fuerte.

- Eso no pasará, mi amor, estoy aquí para quedarme con ustedes y dedicar mi vida a hacerlos felices - hablaba con voz baja y dulce mientras acariciaba su espalda con la yema de los dedos. Hicieron silencio y Juliana tomó su rostro con ambas manos – Mírame, Val, por favor – sus miradas se unieron – Sé que les hice mucho daño, nunca voy a poder pagar el precio de tus lágrimas y las de Enzo a causa de mi ausencia, pero estoy aquí – la ojiazul no pudo contener su llanto y la morena tampoco – Soy tu Juliana, la que te sueña desde el primer instante en que te vio, la que se muere de amor por ti... estoy aquí para pedirte perdón de rodillas, si es necesario, para que entiendas que nada en mis sentimientos ha cambiado y que este corazón solo late por ti – Valentina la miraba reconociendo la sinceridad de sus ojos.

- ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué dejaste de ser mi Juliana? ¿Por qué me hiciste sentir que no era suficiente? – preguntaba las mejillas húmedas a causa de sus lágrimas y con ojos suplicantes de una respuesta que había esperado por años.

- No repitas eso nunca más – reclamó – Nunca he dejado de ser tu Juliana, nada de lo que pasó con nuestro matrimonio es tu responsabilidad. Eres la mujer perfecta, la mejor esposa, amante, amiga que alguien pudiera desear. Eres hermosa, la más bella de todas por dentro y por fuera, y cuando te miro a los ojos no existe nada ni nadie más. Enzo es el pequeño más afortunado del mundo porque te tiene como su madre y no hay un segundo de tu existencia que no nos haga felices. Te amo con locura y lo haré hasta mi último suspiro – respiró profundamente – Todo fue mi culpa, lo reconozco, así que solo te pido que le des una oportunidad a esto que sentimos... prometo hacer hasta lo imposible porque me perdones, por curar tus heridas, por enterrar la parte fea de nuestro pasado y por demostrarte que nadie te puede amar como yo lo hago.

- Esa no es la respuesta que necesito, Juls – suspiró – Pasamos demasiado tiempo juntas como para dudar de tu amor, sé que ese nunca fue el motivo, hay una razón por la que te fuiste y siempre pensé que cuando regresaras me dirías la verdad.

- Val, yo... - cerró los ojos con fuerza y luego la miró con la verdad atorada en la garganta, pero no podía así eso significara no obtener la oportunidad de tenerla de nuevo – No puedo hacer nada con el pasado, me maldigo por todo lo ocurrido, solo te pido que intentes perdonarme y me dejes estar a tu lado – la ojiazul se apartó.

- Todo este tiempo he sentido que me ocultas algo, la verdadera razón por la que te alejaste de nosotros, te conozco Juliana – respondió – No sé lo que sea, pero hasta que no estés lista para decírmelo no podremos sanar. Gracias por el paseo y muchas felicidades por el éxito de tu exposición – fueron sus últimas palabras antes de besar su mejilla e irse del lugar dejando a la fotógrafa sola en medio del parque.

Olvídame TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora