—No podremos aguantar mucho más así. —Comentaba Teo a sus hombres. —Estamos desgastando sin sentido, esos espíritus no se terminan.
—No hay rastro de esos sangre negra. —Respondió Gazir, estaba semi transformado, sus ojos eran dorados como el color de la luna llena en su apogeo. —Sin ese último amuleto el plan está incompleto. Nuestra flota área fue destruida, no podemos regresar, si no pensamos en algo rápido... perderemos.
Krow, Krater e Ilian estaban en fila usando sus amuletos simultáneamente para derrotar a los enemigos y así ayudar a los lobos que cada vez retrocedian más en ciertas zonas.
—Creo que tus genelares se están desmoralizando. —Comentó Krater a su hermano. —Y no es para menos, el plan era ir a confrontar al brujo y no podemos hacerlo solo con tres portadores y cuatro amuletos.
—Tranquilo, no venimos aquí solo a morir —Krow se mantenía muy concentrado en la batalla y en sus posibilidades de victoria. —De ser necesario yo mismo iré a enfrentarlo y buscaré la mejor opción para vencer.
—Me anima tu sentido de confianza hermano. —Le sonrió para continuar atacando a sus enemigos. —Te voy apoyar en todo lo que pueda.
—Esto está mal, suena a que mi maestro lo tenía todo planeado. —Dijo Ilian entrando un poco en pánico. —¿Qué tal si sabía de nuestro plan y fue primero contra ellos?
—Suena muy preciso para un ser que se la ha pasado durmiendo varios años. —Le dijo Krow con tono amable para tranquilizarla. —No creo que sea un loco estratégico y este sea su escenario de ajedrez.
—Aún así tus compañeros tienen razón. —Dijo ella sujetando su amuleto. —Aquí solo estamos gastando nuestra energía, tenemos que ir y luchar contra él directamente. Estos espíritus son infinitos.
—Pues tu indícanos cuñadita. ¿Así dónde tenemos que ir?
—Su escondite esta directamente al oriente, ahí donde sale el sol se esconde. —Comenzó a retroceder para buscar una ruta alternativa. —Hagamos un equipo y vayamos para allá.
Krow siguió a su amada inmediatamente, observó quien de sus generales estaba más cercano para llevarlo de apoyo.
—¡Blueno y Ulu vengan con nosotros! —Dijo mientras corría al pasar por debajo de ellos. —¡Nos adelantaremos, no podemos esperar más. Tenemos que ir a matar a ese brujo! —Giró la cabeza hacia sus demás generales. —¡Los demás traten de alcanzarnos, debemos romper filas aquí!
Los generales escucharon a su todavía líder y comenzaron a organizar las filas para salir de ese estancamiento.
Al grupo que tomaría la delantera se agregó Morgana y un par de brujas que la siguieron. Ellas sin duda serían un gran grupo de apoyo para la magia y la sanación.
Muchos espíritus siguieron sus movimientos y se apresuraron a cerrarles el paso como si cubrieran algo importante en esa dirección o si desearan retenerlos ahí.
Esta vez Morgana fue la encargada de hacer un hechizo. Sin amuletos y otro tipo de influencias, ella era la bruja más experimentada teniendo un gran poder. Algo que ya había demostrado en la guerra pasada, siendo más importante incluso que los líderes de clanes.
Usó su poder para levitar por los aires y así lanzar una brisa de viento muy potente que dispersó a todos los espíritus que estorbaban. Dejó un camino limpio por el cual pudieron pasar rápidamente.
Morgana cayó de rodillas pero su peso fue soportado por su propia energía, esta era de color morado y sus ojos adoptaron este mismo color. Era el color supremo en cuanto a las brujas se refiere, con este tono demostraba que ya había pasado la vida humana y sus límites convirtiéndose en un ser superior. La pregunta era, ¿Ese poder alcanzará para combatir contra el mejor brujo de todos los tiempos?
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Luna del destino
ParanormalUn imperio de hombres lobo manejado por un multimillonario llamado Krow New, el máximo representante de la hermandad. Se enfrentará a muchas situaciones para salvar a su especie... el principal problema; enamorarse de una joven bruja