Llegando a la ciudad

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-¡Krow no!, ¿Qué haces? -Ilian Se expresaba entre sorprendida y apasionada al tenerlo muy cerca de cuerpo. -Detente por favor, no es momento para esto.

A pesar de sus peticiones, Krow la ignoraba y seguía desplazando sus colmillos por el cuello de la bruja. 

Ella comenzaba a tener las primeras gotas de sudor, producto de la presión que ejercía en ella, su nerviosismo y el calor que la garganta de Krow provocaba al deslizarse en su piel.

-Tenemos que ir a la ciudad, no hay tiempo para esto, no importa cuanto yo lo deseé. -Con sus palabras se había resignado a las intenciones del hombre lobo pero con sus acciones aún pedía que se detuviera. Lo trataba de empujar con ambas manos para retirarlo de encima pero no pudo con la fuerza superior de quién la sometía. -No hagas esto, no necesito placer en estos momentos.

Ni ella misma entendía el porque se rehusaba si estar así lo deseaba tanto. Su cuerpo incluso ya mostraba los síntomas de una excitación. Su respiración se aceleraba cada que la boca de Krow tocaba puntos sensibles en aquella zona, puntos que le hacían desear más y más besos. Su piel se comenzó a poner chinita, su corazón palpitó aceleradamente mientras sus pupilas se dilataban pidiendo a gritos que la pasión los consumiera.

-¿Por qué tan de repente quieres hacer esto? -Preguntó ya con un tono de voz débil y pausado, ese tono que se obtiene después de entregarse a los deseos carnales.

-Porque mi deseo por ti puede más que cualquier otra cosa. -Por primera vez le respondió en aquella comprometida situación. -Desde que te ví, no te imaginas como deseaba esto. -La voz de Krow era muy sensual, tan varonil y directa que deleitába escucharla incluso más a esa distancia.

-Yo también te deseé desde que te ví pero jamás me atreví a pensar que esto sucedería. -Totalmente resignada comenzó a disfrutar del placer de las caricias que aquel momento regalaba. Dejó de luchar para concentrarse solo en el cuerpo que la había sometido completamente. También decidió tocarlo, apretó cada músculo que sintió en los brazos y espalda con tanta fuerza como sus articulaciones le permitían. Lo tocó de arriba a abajo y en momentos le presionó para sentirse unido a él.

Krow no dejaba de besarla, ahora había bajado a sus senos justo después de romper la ropa que los cubriría. Lo hizo tan rápido y feroz que no dió tiempo para alguna reacción defensiva. Esto prendió aún más a Ilian que quitó sus labios de la parte alta del pecho para llevarlos directo a su boca. Con el primer beso conoció la desesperación pero conforme lo besaba comenzó a hacerlo despacio, disfrutando de aquellos momentos.

La pasión se apoderó para ambos quienes no dejaban de atacarse con un beso y otro. Por cada beso que uno daba el otro contrarrestaba con uno mayor. Incluso sus lenguas comenzaron a tocarse mientras luchaban por abrir sus labios casi como deseando comerse mutuamente.

Ilian comenzó a despojar de su ropa a Krow, lo hizo como si se hubiese contagiado de la ferocidad del lobo. Tan brusca que parecía una cavernícola buscando comida. 

Mientras esto sucedía Krow continuaba ejerciendo fuerza empujando su vientre en contra del cuerpo de Ilian. Al sentir la presión ambos se excitaron cada vez más y Krow decidió ayudar a su compañera despojándose el mismo de su pantalón. No se dió el tiempo de retirarlo por completo, más bien lo rompió para dejar libre una pierna y principalmente sus órganos sexuales. 

Inmediatamente Ilian llevó sus dos manos a esta zona para poder tocarlos u deleitarse al sentir lo duro del órgano producto de la excitación. 

Ella gimió al sentirlo y deseosa quería llevarlo más cerca de su cuerpo. Esto pareció agradarle a Krow quien también comenzó a gemir de placer.

Luna del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora