Desde las Sombras | L Lawliet | Death Note

21. Ataque

Los Ángeles, E.U.

Scarlett despertó poco antes de que el avión privado en el que viajaba con Mello y sus compañeros aterrizara. Fueron trasladados en un auto blindado hasta la "guarida" de la mafia, donde la joven terminó de convencerse de que Mello estaba metido en asuntos bastante cuestionables.

De cualquier forma, todos fueron amables con ella y le hicieron saber que cualquier cosa que necesitaran ellos se la darían. Era evidente que aquel trato especial es porque Mello realmente era importante en la mafia. Tras un rato de haberse instalado en el lugar, el rubio la llamó para que fuera a la sala.

—¿Reconoces esto? —le preguntó.

Scarlett miró el objeto sobre la mesa y unos segundos le bastaron para reconocerlo. El objeto que jamás olvidaría, el responsable de todo el enredo que ahora era su vida.

—La Death Note, ¿Cómo la conseguiste?

—Secuestramos a una chica, llamada Sayu Yagami, ¿Te suena?

—¿Secuestraste a la hermana de Light? —Scarlett preguntó sorprendida.

—Nos vimos orillados a hacerlo, ya que el director Takimura fue asesinado cuando pedimos la libreta como rescate. Así que conoces a su hermano —Mello respondió, esperando recibir más información.

—Él es el segundo L, y también, con un alto porcentaje de probabilidad, es Kira.

La mirada de Mello se ensombreció.

—Ese imbécil, ¿Cómo se atreve a usurpar el nombre de L? Debí asesinar a su hermana cuando tuve la oportunidad.

—Lo cual no habría resuelto nada —Scarlett lo miró seria. —L no fue capaz de probar que él era Kira pero estábamos convencidos, solo que él murió antes de que pudiéramos tener pruebas.

Lo dicho por Scarlett le dejó claro a Mello que no hablaría sobre lo acontecido con B y L a menos que estuvieran a solas, pues ella no terminaba de confiar en todos los hombres de ese lugar.

Antes de que alguien más pudiera decir algo, los gritos de susto de dos de los hombres presentes en la sala los sobresaltó a todos.

—¡¿Qué es eso?!

—¡Ahhh, es horrible!

El resto de los presentes mostraron expresiones de susto y asombro al mirar hacia donde los tipos señalaban. Todos excepto Mello y Scarlett, quienes se miraron confundidos.

—¿Qué demonios les pasa? —preguntó el rubio.

—¿No lo ves?

Y de repente, ante la mirada de todos, la Death Note se elevó por el aire hasta caer en las manos de Mello, quien la sostuvo unos segundos y adaptó la misma expresión aterrada de los demás, mientras ofrecía la libreta a Scarlett, quien la recibió.

Finalmente, todos estaban viendo lo mismo.

Frente a ellos, un ser extrañísimo los miraba expectante.

—Eh... Hola. Soy Sidoh.

—¿E-eres un sh-shinigami? —la voz temblorosa de Scarlett preguntó, ya que el aspecto de aquel ser le recordaba a un dios de la muerte.

—Así es, y soy el dueño de esa libreta. ¿Quién eres tú?

—Soy Scarlett —se presentó ella, más tranquila.

—Mucho gusto Scarlett, esto es algo extraño.

—Sí, que aparezca un shinigami como si nada en este lugar es definitivamente algo extraño —intervino Mello.