Nuevo integrante

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La casa de la primera familia no era su lugar favorito, el mocoso había dejado de disfrutar su estancia en el lugar y cada vez soportaba menos a sus primos lo cual según Pete, era su culpa, ya que no dejaba de hacer caras cuando estaba cerca de alguno de ellos, aun así, todos se encontraban sentados en la sala de juntas esperando a que Kinn y Porsche llegaran.

Nadie sabía exactamente para que era la reunión, ni los mismos hermanos de quién la convocó tenían idea de lo que estaba ocurriendo. Era viernes por la noche, él y Pete tenían planes, hasta les habían pagado al par de adolescentes al final de la mesa para que cuidaran al mocoso, pero ahora estaba ahí sentado con el montón de idiotas sin saber al menos para qué.

―Papá ¿vamos casa? ―preguntó Venecia tomando su cara con ambas manos y clavando la mirada en él con firmeza, Pete estaba convencido de que eso también se lo había enseñado él.

―Si el idiota de Kinn y el inútil de Porsche no aparecen en dos minutos, nos iremos a casa. ―prometió levantando ambas cejas, Venecia sonrió satisfecho girándose a mirar a Pete con suficiencia mientras éste entornaba los ojos en dirección al par de gemelos nacidos a destiempo.

―Ya te dije que no hables así con él, si llama idiota a otro profesor en la escuela nos echaran. ―farfulló mirando a su esposo con seriedad.

―La directora me adora y Venecia es su niño favorito, tenemos inmunidad. ―se vanaglorio con una amplia sonrisa que Pete no correspondió. ―Tus amigos tienen un minuto antes de que tome a mi familia y salgamos de aquí. ―advirtió mostrándole la hora en el teléfono.

―No podemos irnos, Porsche dijo que era importante.

―Odio estar de acuerdo con el bueno para nada de tu marido, Pete, pero hemos esperado por mucho tiempo y tenía planeada una noche de películas con Pol y Arm. ―exclamó Khun cruzado de brazos del otro lado de la mesa. ―Seguro se quedaron cogiendo en su cuarto y solo nos hacen perder el tiempo.

―Si a su hermano no le importa una mierda su noticia ¿por qué a nosotros sí?

―Enviemos un mensaje de que nos iremos y dejemos esto aquí, yo también tengo otros asuntos que atender. ―sugirió Kim recorriendo la mesa con la mirada en espera de que todos asintieran, llegando al pelinegro ex guardaespaldas que no parecía muy convencido.

―No puedo creer que terminé casado con el tipo que se negaba a irse cuando el profesor llegaba tarde. ―musitó Vegas mirando el techo con desesperación.

―Vamos casa, papá. ―renegó Venecia en el mismo tono de su padre y los adolescentes se rieron a las espaldas de Pete.

―Nunca piden juntas a estas horas, ni con tan poco tiempo de anticipación sin tener una razón importante. Y debe ser algo que nos incumbe a todos los presentes, así que pienso que deberíamos esperar un poco más.

―Envía el mensaje, lo llevaré a rastras si es necesario. ―exclamó Vegas haciendo que Pete lo fulminara con la mirada, pero antes de que Kim enviara el mensaje la puerta de la sala fue abierta por Kinn con el rostro serio y ropa que no encajaba con sus habituales trajes de trabajo.

―Lamento haberlos hecho esperar, nos atrasamos en el camino aquí. ―musitó acercándose a la cabeza de la mesa ante la atenta mirada de todos los presentes.

― ¿Por qué traes puesto el uniforme para entrenar de los guardaespaldas? ―preguntó Khun con una ceja alzada, mientras el resto de la mesa se preguntaban si en realidad habían visto antes de Kinn con un pants o algo de ropa tan relajada como esa. ― ¿Y dónde está tu compañero? ¿Creen que por ser jefes de ambas familias nos pueden tener aquí perdiendo el tiempo?

―Porsche está afuera, entrara en un...

― ¿Sabes lo irrespetuoso que es interrumpir los planes ajenos y luego dejarnos esperando? Y todavía debemos esperar a que Porsche terminé de esconderse los chupetones como si todos en esta mesa no supiéramos lo que hacen cuando no los vemos. ―continuó Khun sin apartar la mirada de Kinn que estaba a punto de perder la paciencia. ―Dile que venga aquí de inmediato o nos iremos.

Las aventuras de VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora