― ¿Cómo te sientes? ―sus ojos somnolientos se clavaron en el rostro de su terapeuta. Ni siquiera sabía cómo responder una pregunta tan simple.
―Cansado. ―musitó buscando en el sinfín de emociones que recorrían su interior, Sun lo había traído aquí hacía quince minutos y estaba seguro que Vegas y Pete llegarían pronto a buscarlo, todos querrían saber que paso y no se atrevía a decir otra cosa que no fuera culpar a la falta de sueño de los últimos días.
― ¿Por qué?
―No he dormido bien desde año nuevo. ―admitió con una vaga sonrisa que su psiquiatra no correspondió. ―Creo que necesito pastillas para dormir.
―Si esperas que las recete para ti necesito más información. ―murmuró el hombre con la voz calmada que le molestaba cuando vino por primera vez. ― ¿Qué te impide dormir? ―jugó con sus dedos mirando el piso, nervioso, pensando en su hermano, su cuñado y el hijo de ambos, entrarían por la puerta y le preguntarían donde había estado la última semana.
―No soporto estar en mi casa. ―susurró encogiéndose de hombros. ―Cada que veo a Vegas y a Pete jugando a ser los padres perfectos de Venecia me llenó de rencor contra él, y luego me siento culpable por odiarlo.
― ¿Al bebé? ―asintió en silencio. ― ¿Qué es exactamente lo que te molesta?
―Venecia y yo tenemos el mismo padre. ―masculló apretando los dedos en puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos. ―No es justo que él tenga una familia real y yo haya tenido que lidiar con nuestro padre toda mi vida. ―farfulló con la culpa creciendo de nuevo en su interior, en el fondo no deseaba que el pequeño pasara por lo mismo que él y Vegas tuvieron que pasar. ―Sé que es una tontería.
―No lo es, hemos hablado de esto antes, tus emociones no son una tontería nunca. Tienes derecho a sentirte frustrado, tu padre no fue una buena persona con ustedes mientras crecían y perdieron a su madre siendo muy jóvenes, ver a tu hermano menor vivir cosas que tú nunca pudiste tener debe ser difícil.
― ¿Cómo hago que se detenga? ―el terapeuta frunció los labios, era otro de esos caminos que no tenían una respuesta clara y bufó poniendo los ojos en blanco.
―Macao ¿qué es lo que quieres arreglar? ―lo miró confundido y el hombre suspiró cerrando su cuaderno de notas. ―La frustración que sientes podemos trabajarla aquí, tomara tiempo, pero podrás sanar esas heridas.
―No tengo tiempo, quiero arreglarlo ahora. Quiero ir a casa con mi hermano y con Pete ahora. Y si odio a su hijo ellos me odiaran a mí. ―masculló desesperado. ―Vegas va a odiarme, va a elegirlo y me echara de la casa.
―Macao.
―Es más fácil si me voy por mi cuenta, así no pelearemos y seguirá amándome como su hermano. ―continuó levantándose del asiento yendo de un lado a otro. ―No va a reemplazarme por ese niño, ni va a preferirlo sobre mí como esa maldita mujer prometió que mi padre lo haría.
―Macao...
―Vegas no puede odiarme si estoy lejos, todo va a estar bien si vivo en otra parte. Ellos van a quererme como su familia todavía y nada malo va a pasar. Vegas no es como Kan. No va a abandonarme. No va a reemplazarme. ―su voz se apagaba cada vez más hasta que los murmullos solo eran escuchados por él mismo y el psiquiatra no pudo evitar el hueco en su pecho al verlo, era tan joven y tenía tantos traumas que resultaba doloroso de ver.
Vegas y Pete llegaron corriendo a la oficina, encontrándose con Sun en la sala de espera, el chico tenía el rostro lleno de lágrimas y las manos le temblaban, nunca había presenciado uno de los episodios de Macao, al menos no uno tan grave, solía relajarse con algo de ruido blanco o palabras que lo distrajera, esto era nuevo para él.
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Las aventuras de VegasPete
FanficCada capítulo será una mini anécdota de Vegas y Pete viviendo como familia con Macao y Venecia, y una que otra historia de su vida de pareja.