14 años atrás...
Todo a su alrededor se encuentra inmaculadamente blanco, las casas, los árboles secos, incluso el lago cercano a la capital está completamente congelado.
Para la mayoría de las personas, el invierno, resulta ser una época poco grata para su comodidad, pues no todos tienen el privilegio de quedarse en casa a descansar mientras alguien más atiende sus necesidades; pero para otros, como lo son las familias allegadas a la corte, y la familia Real, esta época del año era sin lugar a dudas, una de sus favoritas.
Se podía ver a los niños corriendo alegres entre la espesa nieve, e incluso habían concursos de muñecos hechos con esta misma. Festivales, cenas y cientos de regalos. Pero no todo era absoluta felicidad, pues justo en ese invierno antaño, la familia Jeon había albergado bajo el techo de su palacio a la familia de Nagdum, un pequeño reino en la costa del Oeste; con un Rey joven de solo quince años de edad.
Aquel invierno, fue el más cruel y frío que alguna vez Jungkook pudo experimentar; pues si bien, su familia jamás fue en extremo devota a las festividades de la época, era cierto que los príncipes Jeon, podían al menos compartir un poco más de tiempo con sus padres, y gozaban de salidas cortas y amenas a las casas de las familias de la corte; pero en esta ocasión todo fue un total caos.
Jeon YeJi, la princesa de Sirgo, fue dada en matrimonio al joven Rey Lee de Nagdum.
Jungkook estaba realmente furioso. ¿Cómo podía su padre casar a su hermana de tan solo ocho años de edad con un adolescente mucho mayor que ella?
Era atros, estúpido e inaceptable.
El joven príncipe a heredar el trono, tenía en ese entonces, solo diez años, y justo como en la actualidad, su opinión no valía absolutamente nada para su padre, y mucho menos para su Rey; que al final del día, terminaba por ser la misma persona.
Frustrado y consternado por la creciente furia en su interior, logró escapar de las murallas que protegían su hogar. Tomó un gran abrigo, una bufanda para cubrirse del frío, un puñado de monedas de oro, y escribió una carta de despedida para su madre; pues en su arrebato infantil, creyó que podría librarse de todo aquel alboroto armado por sus mayores.
¿Cómo pudieron hacerle eso?
YeJi, era solo una niña.
Jungkook, experimentó en ese frío invierno, su primer "ataque maldito". Esa sensación de perdida y desdicha. Esa aberración por su existencia, y la poca valía que creía poseer.
"Si fuera más fuerte. Sí solo fuera un poco más grande, podría enfrentarme al Rey y detener a mi hermana un poco más de tiempo a mi lado."
Ese pensamiento lo encamino por un rumbo desconocido. Completamente absorto de su realidad, el joven príncipe se adentró al ceno del bosque, y se quedó ahí por un largo rato; sentado en una roca mirando la fina capa de hielo que cubría el río que abastecía de agua a su pueblo. Pronto, cuando el sol dejó de brillar en el cielo, y el frío comenzó a ser insoportable, sus ganas de llorar culminaron en un estruendoso lamento. La salinidad producida por su impotencia, se dejó vaciar por sus bonitos ojos negros, y su garganta se rasgó por sus gritos cargados de ira. Su respiración estaba fallando, los escenarios desastrosos comenzaron a aparecer frente a sus ojos, uno tras otro, sin lograr detenerse. Pero fue en ese momento, cuando más vulnerable se sentía, que unas diminutas manos se posaron sobre su rostro sin previo aviso.
El tacto fue tan delicado y frío, que su cuerpo reaccionó de inmediato. Jungkook no estaba acostumbrado a que lo tocaran sin su consentimiento, así que aprovecho aquello para descargar su furia contra ese diminuto ser que lo miraba con tanta pena.
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FATE
Fanfiction¿La venganza es tan dulce como dicen? ¿Cómo pudo un corazón tan puro llenarse de tantas espinas? En un mundo donde ser un doncel es considerado antinatural; el apuesto príncipe heredero de un reino en desdicha, se ve obligado a contraer matrimonio c...