Entre la neblina y esas nubes grises que anuncian una pronta tormenta, la miel de sus ojos se pierde en el cielo, distinguiendo apenas los astros brillantes del firmamento. La luna menguante titilando su esplendor, iluminando a ciegas las incongruentes sensaciones que abarcan una gran parte de su cuerpo.
El recuerdo de sus labios sobre los suyos es abrumante, aún tiene la sensación vívida y latente de sus salivas mezclandose, de sus respiraciones agitadas, calientes y temerosas por alejarse. Sus lágrimas corriendo cuál rió desmadrado, feroces e incontrolables; puede incluso seguir escuchando la sincronía de sus latidos y ese toque frío sobre la piel de su rostro.
Pero el miedo que sintió cuando escuchó la voz furiosa de Yoongi retumbando en sus adentros, lo hace tambalear nuevamente. Todo se ha arruinado, la realidad lo ha golpeado una vez más.
¿Cómo pudo corresponder a ese beso?
¿Cómo pudo olvidar todo lo que sufrió a su lado?
Ahora después de aquel incidente que lo ha dejado temblando de miedo, sus manos se aferran con fuerza al material áspero y poroso del barandal de piedra; está tan molesto consigo mismo, siente tanto rencor por Jungkook, que su respiración se vuelve arritmica. Su boca intenta capturar la mayor parte de oxígeno posible, pues su naríz se ha congestionado por tanto llorar, pero el llanto no cesa, sus mejillas se mojan de una manera tremendamente hermosa, absurdamente lastimera.
A pesar de estar reviviendo el dolor de su pasado, el doncel de cabellos castaños y mirada perdida, sigue siendo estúpidamente hermoso.
La racionalidad lo ha abandonado una vez, y desde esa altura, desde ese balcón de piedra, Taehyung se pierde en la sensación que el viento frío y húmedo que choca contra su piel. Cree fielmente que si se suelta, podría caer al suelo, pues sus piernas han perdido toda la fuerza que había logrado obtener, porque verse perdido en esa mirada profunda y oscura, le trajeron recuerdos que había enterrado muy en el fondo de su corazón herido; porque Jeon Jungkook sigue metido muy dentro de su piel, sigue absorbiendo su alma.
Los sollozos que durante toda la noche había intentado a callar, salen guturales y lastimeros desde su centro. Levanta una de sus manos temblorosas y cubre su boca para amortiguarlos, no quiere que nadie lo escuche, ya ha sido bastante humillado en esa noche, así que no pretende llamar más la atención; no desea darle a ese hombre el privilegio de verle flaquear. No está vez.
La actuación que dio allá adentro ha consumido por completo el poco autocontrol que poseía, pero justo ahora, se siente al borde, la pena y el rencor lo están devorando por dentro, y no se cree capaz de soportarlo más. Esta enojado, ansioso, frustrado, y asustado hasta la médula.
No quiero volver. No quiero volver. No quiero volver.
Quiere huír, necesita correr lejos de él, necesita estar alejado de todo el mundo. Quiere esconderse en algún rincón y sentirse reconfortado por la oscuridad, por la soledad que siempre lo acompaña. Quiero tomar a su hijo y huir de todo, formar una nueva vida, empezar de cero, solo con su bebé, pero ahora, incluso la posibilidad de verlo dar sus primeros pasos parece lejana.
Es un cobarde. Un completo estúpido por sentir su corazon acelerarse por él, por no poder conseguir que su presencia deje de agobiarlo al grado de perderse a sí mismo. Por atreverse a preocuparse por su bienestar, cuando él lo único que hizo fue dañarlo, asesinarlo a sangre fría. Y ahora que por fin estaba siendo feliz, que su vida parecía tomar una tonalidad diferente a gris, él volvía a aparecer, con esa estúpida sonrisa petulante, y ese precioso rostro.
A pesar de todo el sufrimiento vividó, y el tiempo perdido; le sigue amando.
¿Cómo puede sentir algo tan puro por alguien que no es mas que un desquiciado pecador?
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FATE
Fanfiction¿La venganza es tan dulce como dicen? ¿Cómo pudo un corazón tan puro llenarse de tantas espinas? En un mundo donde ser un doncel es considerado antinatural; el apuesto príncipe heredero de un reino en desdicha, se ve obligado a contraer matrimonio c...