La búsqueda silenciosa dió lugar. Tanto los hombres de Hoseok, como los guardias del palacio, se encontraban por cada rincón de Sirgo buscando al doncel.
Jungkook estaba realmente aterrado, molesto consigo mismo, y angustiado por su esposo.
El secuestro era una posibilidad, sabía que no estaba en buenos términos con el reino de Candía, el Rey seguía molesto por sus acciones pasadas, y aunque su propio reino estaba pagando con creces las consecuencias de sus estúpidos arrebatos, la posibilidad de que tomara venganza por mano propia era casi una realidad.
Taehyung no tenía la culpa, el doncel no debía pagar por su estupidez.
Afortunadamente para él, el Duque no se encontraba en la capital, por lo cual podía moverse por el reino de la manera más sigilosa posible. Sus padres no estaban enterados de nada, y convenció a Hoseok de que mantuviera la boca cerrada, con la condición, de que si no lo encontraban en un laposo de 24 horas, se enfrentarian en un duelo uno a uno.
Jungkook no era un mal luchador, por supuesto que no, pero Kim Hoseok, era un experimentado guerrero, cruel y despiadado. Le consta, lo ha visto en el campo de batalla en numerosas ocasiones, y tiene miedo, teme por su vida, pero lo que más le aterra es que a Taehyung pudiera pasarle algo.
Es el responsable de esto, lo sabe, no debió hablarle de esa manera tan cruel, no debió hacerle lo que le hizo, pero ya no puede cambiar el rumbo de la situación, y por ahora su única prioridad es encontrarlo, cueste lo cueste.
Por otro lado el heredero del Duque, movilizó a todos sus hombres, dándoles instrucciones específicas, sabía que lo encontraría, él conocía al doncel más que nadie, incluso se atrevía a decir que más que el mismo.
Estaba desesperado, solo quería encontrarlo, tenerlo entre sus brazos y calmar sus lágrimas, arrullar sus sueños, y besarlo hasta que Morfeo reclamará su cuerpo.
Ahora más que nunca se sentía morir por amor, por anhelo y desesperación. Quería tenerlo cerca, y cuidarlo. Se sentía responsable, aunque no lo fuera, su deber era cuidarlo, y lo había perdido, se le escapó de las manos de la manera más estúpida posible por segunda vez.
No lo permitiría, no lo dejaría irse de su lado nunca más.
[...]
El sepulcral silencio se ve interrumpido por sus sollozos, el calor se ha disipado, y el último suspiro del crepúsculo se alcanza a colar por las rendijas de la madera vieja que conforman el almacén.
El Duque Kim posee un sin fin de propiedades ocultas por todo el reino, pero para Taehyung, el que tiene más valor, sin duda es aquel que se encuentra a escasos minutos del río. El almacén, dónde todas las cosas de su madre son atesoradas.
Su padre lo llevo por primera vez cuando era solo un niño, cuando no comprendía el porqué todo el mundo tenía una madre, y el no. Namjoon le explicó que aveces la vida es cruel y despiadada, que aveces las cosas no salen de acuerdo al plan, y las personas mueren, te abandonan y te hieren. Pero que el caso de su madre, había sido solamente la primera. La preciosa mujer padecía de una enfermedad incurable, que acabó con su vida al poco tiempo de darle a luz. La duquesa Kim siempre fue una esposa devota, y una madre impecable, a pesar del poco tiempo que disfrutó de su maternidad, lo amó, lo amó tanto y tan fuerte hasta su último suspiro.
Es por eso, que se esconde en ese polvoriento almacén cuando las circunstancias lo superan; piensa que su madre está ahí para él, acariciándole el cabello y reconfortando su dolor. Musitando contra su oído, que todo irá de maravilla, pero ciertamente en esta ocasión, no logra conseguir la tranquilidad de aquel susurro imperceptible.
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FATE
Fanfiction¿La venganza es tan dulce como dicen? ¿Cómo pudo un corazón tan puro llenarse de tantas espinas? En un mundo donde ser un doncel es considerado antinatural; el apuesto príncipe heredero de un reino en desdicha, se ve obligado a contraer matrimonio c...