El sonido de las manecillas del reloj entran por sus oídos con una lentitud tortuosa; con cada segundo transcurrido una nueva imagen se proyecta en su mente haciéndolo perder la cabeza.
Taehyung bailando con Yoongi.
Taehyung siendo tocado por Yoongi.
Taehyung sonriéndole a Yoongi.
Taehyung recibiendo gustoso los labios de Yoongi.
Taehyung haciendo el amor con Yoongi.
Taehyung, Taehyung, Taehyung.
Quizás el licor es el culpable de sus incesantes pensamientos destructivos, porque no le encontraba otra explicación. Pero de ser el caso. ¿Por que decidió beber en primer lugar?
Su espalda se encuentra completamente recta y casi incrustada al sofá de la habitación que comparte con el doncel, a su izquierda puede ver el vestido azul aún botado en la esquina de la habitación, y se agradece mentalmente por haberle pedido que se cambiara de ropa.
El humo del cigarrillo en su mano, logra hacer de la habitación un lugar lúgubre y sin chiste. ¿Así se sentiría una vida sin Taehyung?
La pregunta lo abruma, y en un intento por calmar su ansiedad, lleva el cigarrillo hasta el cenicero de porcelana y lo presiona con fuerza contra el frío cristal, como si fuera un insecto, como si fuera Min Yoongi.
Jungkook está seguro de que hubiera armado un alboroto si el hombre pelirrojo no fuera tan influyente. Lo habría golpeado hasta la muerte por atreverse a tocar a su esposo, por atreverse a burlarse de él enfrente de todos; pero tuvo que contener su instinto asesino por su reino. Su bendito reino no estaba en condiciones para abrir una brecha sangrienta.
¿Hasta cuándo dejara de ser esclavo eterno de la corona?
El pelinegro no quiso si quiera asomar la nariz por el salón de baile, el primer motivo era, que debía tranquilizarse o saltaría sobre el Rey para enfrentarlo a un duelo; el segundo, porque no toleraba la idea de ver a Taehyung bailando y sonriendo para otro hombre; y el tercero, fue la vergüenza de sentirse el centro de atención y motivo de burlas y cuchicheos.
Pero está decisión le estaba jugando en contra, pues quería saber que tanto se estaba divirtiendo el castaño, deseaba saber si se la estaba pasando tan mal como él.
Su tormento se vio interrumpido cuando la puerta de la habitación se abrió sin previo aviso, lo que le indico que Taehyung había llegado al fin.
Con la rabia volviendo a su sistema en cuanto lo vio entrar, se levantó de golpe mirándolo una expresión ensombrecida.
– ¿Qué mierda fue todo eso? ¡Explícame! — exigió con las anginas sobresalientes.
El doncel se pego a la puerta asustado por el semblante molesto de su esposo y tartamudeo al hablar. — No entiendo a qué se refiere alteza.
Una sonrisa torcida fue su primer respuesta, y sintió sus piernas flaquear cuando Jungkook comenzó a caminar con lentitud en su dirección. La madera detrás de él parecía el refugio ideal, por lo cual intento pegarse lo más que pudo a está.
– Sabes perfectamente que no puedes bailar con otro hombre si yo no permito. — escupió con rabia, y tomo fuertemente su brazo. — Y no fue cualquier hombre, Taehyung, ¡Es el puto Rey de Percia! ¿Qué estabas pensando?
Con su cuerpo temblando y los ojos llorosos, el castaño intento zafarse del fuerte agarre, consiguiéndolo después de unos cuantos intentos. Estaba aterrado, no quería hacer enojar más al pelinegro, pero la imagen de él mirando tan descaradamente a la señorita del escote pronunciado invadia su mente una y otra vez. Estaba enojado, celoso y temeroso; pero por primera vez en todo el tiempo que llevaba junto a él, respiro profundamente tratando de tomar valor, y cuando consiguió lo necesario lo miro directamente a los ojos.
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FATE
Fanfiction¿La venganza es tan dulce como dicen? ¿Cómo pudo un corazón tan puro llenarse de tantas espinas? En un mundo donde ser un doncel es considerado antinatural; el apuesto príncipe heredero de un reino en desdicha, se ve obligado a contraer matrimonio c...