Capítulo 50

144 35 9
                                    

Tate había vuelto a soñar la noche anterior y lo supo porque Gwendolyn Chapman había estado allí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tate había vuelto a soñar la noche anterior y lo supo porque Gwendolyn Chapman había estado allí. En su sueño, ella estaba de pie sobre una amplia colina, un lugar desconocido para Tate, pero que intuía que debía ser Portree.

Al verla, inevitablemente pensó en Joy. Eran tan parecidas, con el largo cabello rizado y los ojos oscuros. Incluso, compartían la misma forma de sonreír. Tate notó un aura etérea a su alrededor, y de ella emanaba una sensación de calidez y dulzura. A medida que se acercaba a Gwendolyn en el sueño, experimentó una extraña calma y alivio, como si todo estuviera bien. Su presencia le brindaba una reconfortante paz interior, al menos por un instante en el sueño.

—Gracias por ayudar a Joy —había dicho con voz suave—. Has cambiado su vida, pero aún te necesita. Cuida de Joy, por favor.

Y entonces se despertó, sin poder articular palabra.

El sueño había sido tan real, tan vívido, que Gwendolyn parecía estar realmente cerca, como si Tate pudiera tocarla. No podía sacar ese sueño de su mente, y aunque había logrado volver a dormir, no había vuelto a soñar con la madre de Joy. Sin embargo, esa ausencia onírica le dejaba un sentimiento de preocupación y nostalgia por Joy.

Quizás debería llamarla, preguntarle si estaba bien, y dejar de fingir que no la extrañaba. Se sentía absurdo atormentarse de esa manera. Además, sabía que no dejaría de darle vueltas al asunto hasta que no estuviera seguro de que ella estaba bien. Así que, en cuanto pudiera escapar de la reunión, la llamaría. Sí, apenas tuviera la oportunidad de hacerlo...

—Este trimestre, las ventas se triplicaron, comparadas con el trimestre anterior.

Tate reaccionó y contempló las cifras que Frank, uno de los gerentes financieros, estaba presentando. Se encontraban en medio de una reunión con los líderes y gerentes de todo el grupo editorial. Habían pasado cerca de dos horas desde que comenzaron la sesión, pero el tema de las cifras logró captar la atención de todos en la sala.

—La novela del señor Black obtuvo buenos números, pero El último testigo de la señorita Chapman ha sido un fenómeno sin precedentes. Según las proyecciones de ventas, su novela nos permitirá seguir duplicando las ganancias en los próximos meses.

—Resultó que la señorita Chapman es nuestra gallina de los huevos de oro —comentó Theodore con humor.

Todos rieron, menos Tate.

—Sería muy beneficioso para mantener el nivel de ventas si conseguimos que la señorita Chapman realice un tour o asista a eventos públicos —sugirió Peter, el gerente de marketing.

—Podríamos llevarla a Oprah. Su historia trágica seguramente emocionará a muchos —soltó Wallace, uno de los representantes legales.

Theodore asintió, dándole la razón.

—Eso provocaría la atención de nuevos lectores y los fanáticos antiguos estarían dispuestos a comprar ediciones especiales de la novela.

Tate apretó la mandíbula, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

Los miedos que guardamos [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora