Capítulo 2. Lo que solía ser (Editado)

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—No lo entiendo, Damian

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—No lo entiendo, Damian.

Ellie miraba con lágrimas en los ojos la esquina de su cuarto con las manos enrolladas alrededor de sus piernas, como si hubiera vuelto a ser una niña.

—Ethan amaba vivir aquí, ¿por qué...querría irse? —su voz salió débil. El reciente descubrimiento de la policía que indicaba que Ethan intentaba huir, le había caído fatal a Ellie.

Miré la palma de mi mano, recordando que Damon también se había ido.

—A veces las personas solo se van —respondí con voz férrea.

Ella se limpió los ojos con las rodillas, y después me miró con una sonrisa cálida, tomando mi mano.

—Gracias por estar aquí.

Un sentimiento de culpabilidad invadió mi semblante, lo hace desde que supe la noticia y la consolé. No era más que un hipócrita, pero Damon era mi hermano, sin importar lo que haya hecho, no podía traicionarlo, incluso si yo también estaba enfadado con él.

Me encontraba parado frente a la puerta de Ellie, sintiendo un nudo en el estómago mientras reunía el valor necesario antes de finalmente decidirme a tocar la madera. Mi corazón latía con fuerza, y aunque trataba de disimularlo, mis manos temblaban ligeramente.

El rostro de Ellie reflejó sorpresa al abrir la puerta y encontrarse conmigo. Sus ojos se ampliaron momentáneamente antes de recuperar su expresión serena.

—¡Damian! —se lanzó a mis brazos. No suele gustarme el contacto físico, pero tengo algunas excepciones.

Le escuché a su compañera de cuarto preguntarle por mí, a lo que ella respondió que solo era un amigo. Me llevó fuera de la habitación, cerrando la puerta tras de sí, y entonces la vi. Vi a aquella niña frágil y vulnerable que había conocido, salir de su escondite. Después de todo lo que había sucedido con Ethan, ahora también había perdido a su madre.

Ambos sufrimos pérdidas, pero la magnitud de su dolor era incomparable. Aunque yo había perdido a mi familia, todavía tenía la oportunidad de recuperarlos; Ellie los había perdido de manera definitiva. Ethan ya no estaría ahí para discutir con ella o reconciliarse en algún futuro.

—Perdón por no responder tus mensajes —comencé, tratando de transmitir mi arrepentimiento sin caer en un papel de víctima.

Ellie frunció el ceño, su mirada escrutadora buscaba leer más allá de mis palabras.

—Es que...me están pasando muchas cosas ahora.

Un suspiro resignado escapó de sus labios.

—Oye, no tienes porqué disculparte. En todo caso, tendría que ser yo por ser tan molesta.

Sonreí. Si algo me gustaba de ella era su amabilidad, que la mayor parte del tiempo suelo aborrecer en otras personas, pero viniendo de ella se siente genuina. A veces también le digo que no debería ser demasiado amable.

A través del Cristal [Cristal#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora