Capítulo 22. Te pienso

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Esto era un desastre

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Esto era un desastre.

Ellie me miró como si esperara que hiciera algo, pero dado que soy la peor persona para iniciar una conversación, solo me encogí de hombros.

—Así que... —mamá dejó los cubiertos, quebrantando el silencio. Entrecruzó sus manos y levantó la mirada hacia Damon—. ¿Qué tienes para decirnos?

Todos disimuladamente giramos hacia él. Damon soltó el tenedor y, tras masticar su último bocado, se lamió los labios, limpiándose cualquier rastro de comida antes de empezar a hablar.

—Sabía que no podía volver sin enfrentar un interrogatorio —respondió con una sonrisa irritada.

—Damon —lo reprendió mamá, pero él la encaró.

—No voy a regresar si es lo que quieres saber. De hecho, cuando termine la universidad, me iré aún más lejos —dijo sin suavizar sus palabras, claramente molesto.

Ellie comenzó a masticar más lentamente, mientras yo ni siquiera tocaba mi plato. El recuerdo de mamá y Damon discutiendo era uno que prefería no revivir.

—Damon...

—Mamá, no estoy aquí para razonar. Ya sé lo que hice mal, ¿puedes, por favor, no hacer esto por una vez? —le pidió, apretando los dientes.

Mamá tragó saliva, y sus manos se cerraron en puños mientras tomaba aire.

—Sigo siendo tu madre, sé lo que tengo que hacer.

Damon tensó la mandíbula, manteniendo su mirada fija en ella, como si su paciencia estuviera al límite.

—No sé cómo creí que esto funcionaría... Damian, lo siento —dijo, mientras su mano se deslizaba por mi hombro y se ponía de pie para tomar su abrigo.

—Ah... Disculpen —Ellie se levantó rápidamente y fue tras él.

Damon se detuvo abruptamente, haciendo que Ellie chocara contra su espalda. Me levanté para ver qué estaba ocurriendo, y maldición... justo cuando creía que las cosas no podían empeorar.

—Qué encantadora cena familiar. Ver que no me invitaron me hace pensar que ya no soy parte de esta familia —Isabel entró en escena, agitando su cabello oscuro y recorriendo la habitación con la mirada.

—Tranquila, Isabel. De todas formas, ya me iba —respondió Damon.

—Estoy calmada. Deberías dejar de imponerte. Desapareces por años y ahora vuelves como si pertenecieras aquí. ¿Por qué regresaste? —preguntó, arqueando las cejas con un tono desafiante.

—Eso no importa. Solo déjame ir, no volveré a interponerme en tu camino.

Isabel soltó una risa vacía, casi burlona.

—No, ¿por qué no te quedas? Ni siquiera has terminado de comer —señaló la mesa, que ya todos habíamos abandonado.

Mamá lucía molesta; Isabel y Elai nunca le agradaron, pero si tenía que elegir, prefería a Elai. Papá, en cambio, se mantenía neutral, queriendo a todos por igual. Sin embargo, ni siquiera eso impidió la creciente rivalidad entre Damon e Isabel, aunque siempre fue Isabel quien lo vio como competencia. Damon, por su parte, solo quería llevarse bien con ella.

A través del Cristal [Cristal#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora