A través del Cristal [Cristal#2]

Capítulo 12. No es un hasta pronto

El primer día de clases siempre era el peor. Un año más de tedio y miseria. ¿Exagerado? No lo creo. Odiaba la escuela.

Apenas llegué, me dejé caer bruscamente en el asiento, lo que provocó que los chicos a mi alrededor se apartaran de inmediato. No porque les asustara el ruido, sino porque nadie quería estar cerca de mí. Ya me había ganado esa reputación desde mi pelea con Parker. La gente evitaba problemas, y yo era, en resumen, una bomba de tiempo. No me molestaba en absoluto.

Por si las cosas no podían ser peores, hicieron cambios de lugar, como cada año. Pero, por suerte, me tocó al lado de la ventana. Así no tendría que ver las caras de mis compañeros. Miré el paisaje aburrido de afuera, esperando que algo, lo que fuera, ocurriera para animar el día.

—¿Eres el chico que golpeó a Parker?

Alcé la mirada, encontrándone con un chico de cabello oscuro y unos inusuales ojos ámbar, sonriendo como idiota. No respondí, pero eso no pareció detenerlo.

—Oh, soy Jaden Jasser, futuro capitán del equipo de fútbol —respondió con orgullo.

Rodé los ojos. Claro, otro deportista.

—Así que conoces a Parker —dije sin interés.

—Sí, es un idiota. También quiere ser capitán, ¿puedes creerlo? —se inclinó ligeramente hacia mí, chocándome el hombro.

Él seguía hablando, y yo apenas le prestaba atención, volviendo a mirar por la ventana. No entendía cómo alguien podía tener tanta energía para charlar sobre cosas tan insignificantes.

En el receso, me dirigí hacia las gradas, buscando un lugar tranquilo para leer uno de mis cómics. Pero pronto escuché pasos tras de mí.

—Quiero pensar que no me estás siguiendo —dije, girando sobre mis talones.

—No, sólo caminaba contigo. Sí que eres rápido. ¿No has pensando en unirte al equipo?

—No me interesan esas cosas —respondí—. ¿No tienes amigos o algo?

—Sí, pero tú no.

Fruncí el ceño, sintiéndome ofendido.

—¿Y cómo para qué quiero tu amistad? —pestañeé.

—Si te vuelves a meter en una pelea, yo te cubro. Así funciona la amistad, nos cuidamos las espaldas.

Rodé los ojos.

—No sé si lo notaste, pero yo no cuido a la gente. Soy como una bomba de tiempo, exploto cada dos segundos.

Jaden inclinó la cabeza, frunciendo el ceño.

—¿Por qué hablas tan mal de ti? —preguntó genuinamente confundido.

—Porque es lo que soy. No pretendo ser otra cosa.