A través del Cristal [Cristal#2]

Capítulo 23. El peligro se acerca

—Damon estaba pensando en que fuéramos a un balneario —dijo Ellie, haciendo que frunciera el ceño.

—¿Él sabe que no sabes nadar? Espera, ¿ustedes dos están saliendo? ¿Desde cuándo?

—Desde... no sé, ¿un rato? —respondió ella con una sonrisa nerviosa, apretando los dientes.

—¿Qué es "un rato", Ellie? —arqueé la ceja, exigiendo más.

—Amm, no lo sé, Damián, unos días, ¿pero eso importa? Creo que venir aquí nos acercó más. Incluso le presenté a Ethan... o bueno, lo llevé al cementerio.

—¿Qué tú qué? —me exalté, sorprendido—. Ellie, incluso yo, que no soy nada romántico, sé que eso no lo es.

—Lo siento, no trataba de ser romántica, solo pensé en mostrarle algo íntimo de mí.

Apreté la mandíbula, conteniendo mi frustración. No entiendo cómo Damon puede mentirle así en la cara, y peor aún, no sé cómo yo mismo logro mantener su secreto.

♤♤♤

—¿Ahora tú y Ellie salen? —exclamé, entrando al cuarto hecho una furia, mientras Damon miraba su teléfono distraídamente en la cama.

—Yo no te cuestiono sobre tu relación con Jaden —respondió, restándole importancia.

—Porque es diferente. Yo no estuve enamorado de su hermano.

Damon exhaló pesadamente, echando la cabeza hacia atrás.

—Pensé que ya aceptabas que estuviera con ella.

—Sí, pero no como su novio. Mira, ella nunca ha tenido uno, y debería ser algo especial, no... esto.

—Es curioso —dijo poniéndose de pie—, nunca te vi proteger tan fervientemente a alguien.

Es porque durante mucho tiempo, Ellie fue lo único que tuve, la única que se quedó cuando todo lo demás se derrumbaba a mi alrededor.

—Además —continuó Damon, mirándome a los ojos—, no soy solo desgracias, también puedo ofrecerle cosas bonitas... cosas que solo ella ve.

—¿Eso es? ¿Estás con ella porque es la única que no piensa que eres tan malo?

Damon se quedó congelado.

—Pensé que tú tampoco pensabas eso ya —susurró.

Otra vez, lo estaba hiriendo. Parecía que algunas cosas nunca cambian. Siempre creí que me merecía el sufrimiento que me llegaba, pero... ¿por qué la gente buena también lo recibe?

—No, es... —exhalé lentamente, soltando los puños que había formado inconscientemente—, no sé qué pensar. Todo es tan raro ahora que sé lo de Ethan. Al principio solo escondías que lo conocías, y ahora también que era un asesino, y que un grupo de locos lo perseguía.