No siempre fui la versión cruel e indiferente de mí mismo que soy ahora, o al menos eso es lo que creo. Hubo un tiempo en el que mi corazón latía con la inocencia de la niñez, cuando quería a mis hermanos más de lo que puedo recordar. Recuerdo claramente el día en que me llevaron a casa con ellos, o al menos, recuerdo lo que mi mente cree recordar con la anécdota que papá me contó.
—Él es muy pequeño, ¿cómo podremos jugar con él? —se preguntó Elai, quien en ese entonces su cabello era más claro y desordenado.
Fruncí el ceño, y sin pensarlo mucho, le solté un golpe en la cara, provocando risas en todos los presentes.
—Creo que ya me agrada —ese fue Damon.
Por otro lado, Isabel se inclinó se inclinó hacia mí con una mirada juguetona y una advertencia en su voz.
—Más vale que no te metas a mi cuarto, pulga —dijo, y yo la miré sin entender del todo el significado de sus palabras.
A pesar de mi falta de comprensión de lo que sucedía a mi alrededor, me sentí aceptado y querido en ese momento. Todos estaban radiantes de alegría con mi llegada, y aunque aún era un bebé, sentí que era parte de algo especial.
Papá, mientras me sostenía entre sus brazos con ternura, pronunció palabras que se grabaron en mi mente los años siguientes.
—Ellos son tus hermanos, Damian. De ahora en adelante, cuidarán de ti, y tú de ellos.
En la escuela solía ser alguien tímido, aún así, los chicos se acercaban, intentando ser mis amigos. Al principio no podía evitar sentirme un tanto incómodo con tanta atención, pero con el tiempo me fui acostumbrando.
—En la escuela los demás niños creen que eres cool; dicen que eres increíble —mencioné, mascando mi chicle. Damon me miró de reojo con curiosidad.
—¿Y tú qué dices sobre eso?
Me encogí de hombros.
—Mmmh, supongo que lo dicen porque no te conocen realmente. A veces eres un poco odioso.
Damon no pudo evitar reírse y, como era típico de él, comenzó a hacerme cosquillas.
—¡Oye, ya! ¡No me gusta! —exclamé, tratando de zafarme de su agarre.
Cuando estuvimos a unas cuadras cerca de casa, me sostuvo entre sus brazos y me llevó a su pecho, mientras platicábamos el resto del transcurso. Al llegar, me bajó y mamá me llamó desde alguna parte de la sala. Corrí por el salón principal y en cuanto la ubiqué, tomé asiento en sus piernas.
—¿Cómo ha sido tu día? —preguntó, recibiendome con una caricia en el pelo.
Le conté sobre mi día en la escuela, incluyendo las palabras halagadoras de mis compañeros y cómo Damon se burlaba de ellas. Mamá me sonrió, pero su expresión cambió cuando mencioné a Damon.
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A través del Cristal [Cristal#2]
Novela JuvenilADVERTENCIA: ES NECESARIO LEER LA PRIMERA PARTE PARA ENTENDER ESTA En la superficie la gente mira el cristal roto, pero no ve más allá de él y se pregunta cómo es que se rompió. *Sinopsis en el interior* Inicio: [01/08/2023] Fin: [22/03/2024]