PATRONUS (Remus Lupin)

08

Casa de los gritos

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CAPITULO 8

"When you feel my heat
Look into my eyes
It's where my demons hide"

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Unos golpes en la puerta sacaron a Elizabeth de su profundo sueño y le dan la bienvenida a un dolor de cabeza intenso. Con pereza la chica se desenreda de las sábanas, sale de la cama y camina hasta la puerta tallándose los ojos.

–Elizabeth, tenemos que regr... –La voz de Remus se corta cuando la chica termina de abrir la puerta de par en par. Tiene el cabello desordenado, las mejillas rosas, su suéter largo resbala por uno de sus hombros dejando ver su cuello y casi por completo su clavícula... Tiene que carraspear para evitar tartamudear–. Tenemos que ir a hacer guardia a los carruajes.

La realidad golpea a Elizabeth como un balde de agua fría, la cercanía de Black al castillo, el accidente de Harry, el encargo de Dumbledore, las cervezas de mantequilla y el agua ardiente, la propuesta completamente indecente que le hizo a Remus y el inminente rechazo. Lleva una de sus manos a la cabeza intentando calmar el dolor punzante de la cabeza y le da la espalda al chico para evitar su mirada.

–Dame cinco minutos –Pide ella.

Remus no se siente capaz de decir una sola palabra, su boca esta ligueramente abierta y sus ojos perdidos en las piernas de la chica, quien al tener su brazo ligueramente alzado permite que su suéter deje al descubierto más de lo que debería. Sintiendo que está invadiendo su privacidad al verla en su ropa interior, el chico cierra la puerta en un instante y baja a desayunar algo.

Sin duda, las cosas van a ser un poco diferentes con su compañera. Pasaron de hablarse para lo más mínimo, a una repentina y genuina amistad, a sentir una atracción física, que sin duda había estado presente desde sus años en Hogwarts, pero ahora, con el comentario que ella hizo, abrió una puerta que debía de haberse quedado cerrada por siempre, o por lo menos mientras ambos están en el mismo trabajo.

Sus pensamientos se ven interrumpidos por Elizabeth, quien baja de las escaleras completamente renovada. Su cabello ahora está perfectamente desenredado y listo, enmarcando sus facciones, tiene algo de maquillaje en el rostro, enfatizando sus ojos y sus labios, estos últimos en un tono rojo, y a diferencia de esta mañana su cuerpo está escondido bajo una capa abrigadora. Remus siente un liguero golpe de decepción al saber que probablemente jamás vuelva a ver a la chica en tan poca ropa como la noche anterior. Ella hace una rápida inspección al bar antes de encontrar la mirada chocolate de Remus y caminar hasta él.

–Perdóname por lo de anoche –Dice ella en cuanto toma lugar frente a el–. Completamente inapropiado, prometo no volver a insinuar sexo casual, ni embriagarme, ni nada que ponga en peligro nuestros trabajos.

Nuevamente, esa decepción se abre paso por pecho de Remus.

–No paso nada, Johnson–sonríe el, su mano empuja una taza humeante hacia la chica–. Te ayudara.

–Gracias –La chica da un sorbo al café, dejando una mancha de labial rojo en la taza de cerámica. Su mirada se pierde un momento por la ventana que esta junto a ellos. Aun no se ve rastro de ningún estudiante de Hogwarts–. Remus, sobre Black...