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MISION CUMPLIDA

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CAPITULO 4


And you, like a neon light
Shining through a door that I can't keep closed

And you, like  a rolling stone
Always building cities in the hearts that you broke


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Los truenos resuenan en el silencio de la noche y la lluvia repiquetea contra las ventanas del departamento. Elizabeth se encuentra sentada en la alfombra de su sala, copa de vino en mano y fotografías mágicas esparcidas por la suave superficie. La mujer frunce el ceño mientras voltea una de las imágenes para leer la inscripción marcada con tinta verde en la parte trasera "Wendy Brown, ocho años", se inclina para tomar un trago antes de seguir leyendo "Victima de ataque por el hombre lobo Fenrir Greyback, sobreviviente".

Un nuevo estruendo se escucha desde afuera y la luz proveniente del rayo eléctrico ilumina la estancia por un segundo. Esta es una de esas noches en las que a Elizabeth le gustaría tener a Jack a su lado, el chico tiene días en un viaje de negocios y regresara en unas semanas. No han tenido la oportunidad de hablar, la chica no usa el teléfono muggle y Jack usualmente está muy ocupado en este tipo de viajes, pero llegara lo suficientemente antes para que ambos puedan discutir sobre el tema que no ha abandonado la cabeza de Elizabeth desde que el chico le puso el anillo de compromiso en su mano.

Tal vez es eso lo que llevo la chica a traerse el trabajo a casa esta noche y disfrutar de sus momentos de soledad acompañada de un buen vino, necesita nublar esos pensamientos que la atormentan sobre el compromiso, sobre el inminente rechazo, sobre la incertidumbre. Agradece tener constantemente misiones de la Orden, son sencillas, espiar a ciertas personas sospechosas, reclutar personas que sean de utilidad, hacer guardias en el ministerio de magia, entre otras cosas. Todo esto la mantiene distraída de lo que realmente importa y ella no podría estar más agradecida. Si hay algo que sabe hacer es evadir sus sentimientos con responsabilidades más grandes.

Así que cuando las lunas del reloj de su cocina marcan las doce de la madrugada, la Aurora se pone de pie, pasa una abrigo por sus hombros y se desaparece en un chasquido.

Bill Weasley es el miembro de la Orden asignado para acompañarla en sus misiones de campo, es de los magos jóvenes más capaces que conoce y Elizabeth suele tratarlo como si fuera un aspirante a Auror en lugar de un banquero de Gringotts, pero el joven no se queja, suele hacer todo lo que la chica le dice con esmero y juntos hacen un buen equipo para perseguir magos tenebrosos sin ser vistos.

Cuando Elizabeth cruza las puertas del caldero chorreante para ir a la mesa usual en la que se reúne con el chico Weasley sus pasos se paran de golpe y su ceño se frunce al instante al reconocer una cabellera castaña sentado donde debería estar Bill.

-¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Weasley? -La voz de la chica sale más demandante de lo que pretendía, pero eso no la aflige ni un poco, mucho menos cuando Remus levanta el rostro de periódico que mantiene extendido entre sus manos para dedicarle una mirada indescifrable.

-Esta indispuesto, Dumbledore me mando a mi -Contesta el chico de forma cortante. Es mentira, pero su rostro no lo delata. Cuando supo que se habia asignado esta misión a Elizabeth tuvo una larga conversación con el profesor para ser parte de ella. En su defensa, habría pedido participar, aunque la misión estuviera en manos de cualquier otra persona de la Orden, se trataba de algo personal, algo que no tenía nada que ver con la chica.

PATRONUS (Remus Lupin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora