PATRONUS (Remus Lupin)

06

NUESTRA HISTORIA

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CAPITULO 6

What makes a grown man wanna cry?
What makes him wanna take his life?
His happiness is never real

I'm on the edge of something breakin'
I feel my mind is slowly fadin'
If I keep goin', I won't make it
If I keep goin', I won't make it

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Elizabeth jamás pensó que llegaría el momento en el que Remus entraría a su hogar. No después de la despedida. Antes, por supuesto, cuando comenzaron algo que no sabían que solo sería un instante fugaz, si habia imaginado al hombre en su casa, en su cocina y en su cama todas las noches. Pero ahora, entrar a su departamento con el hombre detrás de ella no significaba nada. Casi se avergüenza cuando abre la puerta de su hogar y revela una sala de estar desordenada. Recortes de periódicos en la alfombra, botellas de vino a medio tomar y envoltorios de comida esparcidos en el sillón. Pero pronto la pena se ve sustituida por esa molestia que siempre llega a su pecho al estar ante la presencia de Remus, ese enojo que tiene que recordarse cada dos segundos que debe sentir. Porque por algún motivo no le sale naturalmente, no puede detestar de la forma que debería al hombre que la enamoro por primera vez en su vida y le hizo descubrir sentimientos que no sabía que podía tener, aunque terminara rompiéndole el corazón. Es agotador realmente, odiar a alguien que alguna vez amaste, tener que mantener un exterior frio y una mirada apagada cuando lo único que quiere es poder verlo como antes, como antes de que tuvieran cualquier cosa. Como cuando eran amigos.

Con molestia renovada pero no completamente genuina, Elizabeth cierra la puerta detrás de ellos. De reojo observa a Remus adentrarse en la habitación, su atención va desde la repisa repleta de libros, hasta el tocadiscos de un rincón, pasa por los recortes del periódico y termina en las botellas de alcohol en el suelo. Elizabeth no puede evitar sentir cierto nerviosismo al notar la mirada de Remus entre sus cosas, su departamento habla por ella misma, todo aquello que toca su alma se encuentra en el librero y su colección de discos, incluso la cantidad de alcohol que hay demuestra su estado emocional actual. Espera, expectante a la reacción del chico. El, ignorante al escrutinio de Elizabeth, solo hace rodar una de las botellas vacías con la punta de su bota antes de girar el cuerpo para enfrentar a la chica.

-Ese tal... ¿John tiene un problema con la bebida? -Pregunta cautelosamente el castaño, analizando a la chica con la mirada. Sus ojos cafés penetrantes, pero sin reflejar emoción que lo delate.

-Él no me hace hacer nada que yo no quiera -Declara Elizabeth fríamente, avanza lentamente hasta dejarse caer en el sillón individual más cercano, intenta no cojear, pero le es imposible. Con la mirada aun en el hombre frente a ella que se encuentra con la vista clavada en uno de los recortes de periódico, trata de ignorar la decepción que se abre en su pecho, en otras circunstancias, muy distintas, Remus se habría acercado a sus libros, casi puede imaginar la escena detrás de sus ojos. El chico pasando la yema de sus dedos por los lomos de los libros como solía hacerlo con la piel de su espalda. Elizabeth cierra los ojos dolorosamente, y recuerda la pregunta acusadora del chico-. Y es Jack de quien hablas, no John.