PATRONUS (Remus Lupin)

16

NOSOTROS
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CAPITULO 16

"I don't got a single problem with provocative
See the bodies, how they burn, it's just the way it is
Smoky, dark, crowded room, I need nothing

Under pink light in June 
I was so cool, but then, all of a sudden
You saw me look at you
I burn for you

If you asked me to
I'd give up everything
To be, close to you

Pull the trigger on the gun I gave you when we met
I wanna be close to you
Break my heart and start a fire, you got me overnight
Just let me be
Close to you,"

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No podían verse a los ojos sin recordar en sus mentes el sabor del otro, así que se evitaban la mirada, aunque estuvieran sentados frente a frente. La junta de la Orden no estaba ayudando en absoluto a esta tarea ya que se había extendido más de lo usual y estaba comenzando a ser repetitiva, obligando a los presentes a bostezar, distraerse y tamborilear con los dedos. La tensión entre Remus y Elizabeth era tan grande que creían que el resto de los magos a su alrededor pudieran sentirla, era un alivio que ambos eran expertos oclumantes y podían mantener sus pensamientos ocultos de los demás, porque estos no eran algo digno de ver por nadie más que ellos mismos.

Remus actuaba sorprendente mente tranquilo en el exterior, participaba en la reunión solo cuando era necesario como cuando toco él tema del ataque que habia recibido hace dos días y los detalles de este, su armadura de calma solo se tambaleo un poco cuando Tonks se unió a la participación, explicando su parte de la historia y cuando Albus anunció que Remus sería excluido del cronograma de misiones por un tiempo la joven Aurora no pudo evitar controlar su enojo y todos pudieron observar con curiosidad como su cabello adquirió un color rojo intenso que se mantuvo así el resto de la junta.

Elizabeth por su parte no podía dejar de morder sus uñas en un gesto ansioso. Habia tenido el peor día en la oficina, teniendo que enfrentar la frialdad de Tonks. Aunque la relación de ambas se habia mantenido en la cordialidad profesional, no podía evitar sentir que la habia traicionado abismalmente al acostarse con Remus justo la noche que el hombre la rechazo. Pero pronto su mente se olvidaba de esa situación y recaía en el pensamiento que la habia estado perturbando todo el día.

Esta mañana, cuando despertó debajo de las sábanas junto a Remus, lo que la saco de su sueño fue la sigilosa manera en la que el hombre se escabullo de la cama y comenzó a cambiarse. Con el rostro recostado en la almohada y sin atreverse a moverse un poco, las lágrimas comenzaron a escurrir de sus ojos. En la noche había quedado dormida tan rápidamente que ni siquiera habia pensado en prepararse mentalmente para el amanecer. Para prepararse por si Remus decidía arrepentirse de su encuentro y salir huyendo a primera hora como lo estaba haciendo.

Una parte de ella agradecía estar acostada con la espalda hacia la puerta, por lo menos no tendría que verlo salir por ella dejándola como ya lo hizo una vez. Cuando sus oídos identificaron el sonido de un cinturón abrocharse y unos zapatos siendo calzados cuidadosamente las lágrimas se detuvieron para dar lugar a un terrible enojo. Con los ojos apretados y los dientes casi rechinando no podía de entender cómo era posible que solo horas atrás el hombre estuviera diciéndole las palabras más dulces del mundo y ahora estuviera escapando de su propia habitación, pensando en dejarla ahí dormida, sin explicaciones, sin un adiós.