PATRONUS (Remus Lupin)

04

Privet Drive

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CAPITULO 4

I can't make it go away by making you a villain
I guess it's the price I paid for seven years in Heaven
And I pulled your body into mine every goddamn night
Now I get fake niceties

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La misión resulta ser un éxito.

Llegan justo a tiempo para comenzar la junta con el resto de la Orden. Todos los felicitan por haber realizado todo sin ningún contratiempo y pronto se ponen manos a la obra con el asunto pendiente que tienen por investigar. Dumbledore no está presente este día, pero sus palabras resuenan como fantasma en las cuatro paredes del comedor.

Es un asunto muy delicado e importante, que les lleva casi una hora en analizar apenas desde la superficie. Las cosas básicas están claras. Hay algo que Voldemort desea con toda el alma, si es que aun cuenta con una, algo que le puede ayudar a destruir a Harry, algo que por lo tanto le garantiza libertad suficiente para después tener al mundo mágico en la palma de su mano. Este artefacto está en el departamento de misterios y aun no hay nadie de ese departamento que pueda ayudarlos a mantener el objeto a salvo de Voldemort, por lo que se implementaran medidas de seguridad con las personas de la Orden que trabajen dentro del ministerio de magia.

Un cronograma es lo único que logran tener como resultado al final de la junta, donde se apunta con tinta verde la noche que le tocara hacer guardia a cada uno. Serán meses pesados para los trabajadores del ministerio, pero todo valdrá la pena para mantener a flote el plan.

Tal como la junta anterior, al terminar todos se levantan con cansancio y se aproximan a la salida. Molly ofrece cena a quien quiera quedarse y solo algunas personas aceptan la oferta, manteniendo sus lugares en la mesa.

Elizabeth se levanta para despedirse de la señora Weasley al ver que Tonk toma lugar junto a su hijo Bill para quedarse.

–Muchas gracias por todo, Molly –Elizabeth la rodea por los hombros y la señora le regresa el gesto con un fuerte abrazo.

–¿Pero no te quedaras a cenar? –Pregunta Molly un poco decepcionada separándose de la chica, pero sujetándola de ambos brazos–. Estas muy delgada, te vendría bien cenar algo. Aparte Harry está aquí.

–Estoy bien –sonríe una apenada Elizabeth. Nota la mirada fulminante de Remus detrás de la señora Molly, debe estar esperando que salga por la puerta para ayudarla a cerrar.

–Insisto –esta vez la voz de Molly es un poco más determinada y la mira con mucho detenimiento–. Quédate. –Elizabeth asiente con la cabeza, no pudiendo negarse y reconociendo que es mejor una cena decente en el cuartel de la Orden a unas copas de vino acompañadas de pan en su departamento–. Por favor cierren bien mientras yo voy a terminar la comida.

Es un poco incomodo, Elizabeth lo admite.

Remus le huye la mirada y ella también a él. No se dicen ni una sola palabra y gracias a eso terminan chocando sus manos a la hora de poner la docena de cerraduras que hay en la puerta. Cuando terminan ambos se dan la media vuelta al mismo tiempo chocando gracias al poco espacio en el pasillo y terminando por derrumbar un jarrón de cristal.

Elizabeth suelta un bufido de frustración al escuchar los gritos de la madre de Sirius. La despertaron con el ruido.

–Tienes que empujar con fuerza –Explica Remus finalmente, cuando de manera resignada ambos intentan cerrar las cortinas del retrato.