PATRONUS (Remus Lupin)

20

Sirius Black

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CAPITULO 20

"Living is a wicked dream where things turn out all wrong
We're all so weak no matter how strong"

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Esas semanas fueron como una luna de miel.

Remus y Elizabeth pasaban cada pequeño momento que podían juntos. Trataban de ser disimulados por su puesto, porque no había cabida para relaciones dentro del personal de Hogwarts, pero el resto de los maestros estaban empezando a sospechar que había surgido algo entre ellos. Las miradas y las risas no engañaban.

McGonagal los miraba con la ceja alzada en cada desayuno, cuando los escuchaba cuchicheando y riendo por lo bajo.

Severus parecía más entrometido que lo usual, ya que cada noche de esa semana llevaba la poción de Remus a una hora distinta y en los momentos mas inoportunos, esperando atrapar al castaño en un mal momento para tener un pretexto, por mínimo que fuera, para ir corriendo con Dumbledore. Pero no le dieron la satisfacción, Remus había respondido a la puerta con el cabello revuelto más de una ocasión, pero nada de que alarmarse.

Incluso los estudiantes de Remus estaban comenzando a hacer sus apuestas sobre la misteriosa y hermosa aurora que estaba frecuentando cada vez mas el aula, las apuestas estaban desde hace meses pero esos días se habían hecho sumamente populares.

Harry no podía evitar ver como los ojos de su maestro se iluminaban cada vez que la chica entraba al aula con algún pretexto, y Hermione le daba codazos en las costillas cuando la aurora sonreía de forma coqueta o le guiñaba un ojo al profesor. De cierta forma, el pequeño Gryffindor sentía un instinto protector hacia su maestro, y es que a la aurora no la conocía de nada, solo había tenido una conversación con ella en navidad.

Remus y Elizabeth vivían en su propio mundo. Cada noche, la chica lo visitaba para quedarse a dormir, aunque dormir fuera lo ultimo que hicieran. Parecía demasiado bueno para ser cierto, entre tantos besos y caricias quedaba poco tiempo para charlar, pero siempre lo hacían hasta que uno quedaba dormido. Hablaban de cosas poco importantes, como comidas favoritas, pasatiempos, libros y películas, ninguno de los dos quería preocuparse por el futuro incierto que les esperaba. Estaban bastante entretenidos viviendo el presente con todas las fuerzas y la pasión que tenían.

Era un sueño.

Cada día era mejor que el anterior, de muchas maneras.

Pero en los últimos días del semestre habría una sorpresa que convertiría esas semanas de ensueño en una pesadilla. 

Esa semana Elizabeth había hablado seriamente con el profesor Dumbledore explicándole todas sus inconformidades con la manera en la que se había estado manejando todo el asunto con el ministro de magia y Hogwarts. Dumbledore por supuesto, siendo un hombre razonable, coincidió perfectamente con su punto de vista y le permitió usar su chimenea para tener contacto directo con la oficina del ministro de magia.