Uno.

1.3K 51 22
                                    

Estaba entre los brazos de Brad Pitt, a punto de besarme, cuando un ruido extraño me puso alerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba entre los brazos de Brad Pitt, a punto de besarme, cuando un ruido extraño me puso alerta.

—no puedo hacer esto ahora – me dijo él

—espera, no te vayas

En un intento desesperado por detenerlo, alargue mi torso, porque al parecer mis piernas no estaban funcionando.

Luego un golpe bastante fuerte, me hizo despertar del tirón. Solo había sido un sueño y yo me había caído de bruces a un costado de la cama.

—¡ouch! Eso dolió. – sobe la parte posterior de mi cabeza –. Maldito sueño...

Gire desconcertada al no encontrarme en mi habitación. Esa definitivamente no era mi cama, ni mis muebles y aquel aroma delicioso proveniente de algún lugar, tampoco era digno de la calidad de cocina que tenía mi compañera de apartamento.

—¡kikiriki!

El ruido, de nuevo, me hizo soltar un grito, ahora con mis dos neuronas más despiertas entendí que era un gallo haciendo su función de despertador.

—¿todo bien cariño? – la voz de mi abuelo o Nono, como solía decirle, sonó detrás de la puerta

—sí, todo perfecto. Lamento el grito. – me disculpe, al mismo tiempo que me incorporaba

—bien, cuando estes lista baja a desayunar

—gracias, ahora voy

Volví a centrar la atención a mi alrededor. ¿Cómo pude olvidar que había viajado a la granja de mis abuelos? Era lo que había estado deseando desde que inicio el curso en la universidad.

No dejaba de contar los días para largarme de aquel lugar y no saber nada relacionado a la medicina en al menos dos meses. Fue ahí, cuando sonreí. Sonreí de la forma correcta que un ser humano tendría que hacerlo y no la sonrisa fingida que llevaba todos los días al campus.

Me arregle prácticamente corriendo, necesitaba estar ya en la mesa probando uno de los desayunos especiales que hacia mi abuela cada que nos tenía de visita. Por más que todos le dijéramos que no era necesario, ella se empeñaba en consentirnos.

—¡Adhy! ¿Qué tal dormiste? – dijo ella nada más verme bajar las escaleras –. Perdona a Tiko, está acostumbrado a despertar a las personas de forma brusca

—descuida, por un momento no supe dónde estaba. – le sonreí avergonzada – ¿te ayudo con algo?

—toma asiento, ahora le digo a Joan que venga a desayunar con nosotras

Mi abuela se asomó por la gran ventana de la cocina y comenzó a llamar al abuelo entre gritos, él entro minutos después diciéndole que eso no era necesario y menos con invitados presentes.

Tuve que contener la risa que amenazaba con salir. Desde que tengo memoria hacían esa clase de cosas y amaba con todo mi ser que todo siguiera tal cual lo recordaba.

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora