Catorce.

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Adhy

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Adhy.


Llevaba toda la tarde dando vueltas en el porche. Estaba analizando si lo que estaba a punto de hacer era lo correcto o solo iba a poner más tensión entre Daryl y yo.

Luego de hablar respecto al beso, las cosas se volvieron algo interesantes. Esa tensión que existía previo a esa noche no hizo más que incrementar. No paraba de pensar en si volvería a suceder. Veía sus labios y la piel se me erizaba por completo, no dejaba de recrear todo en mi cabeza cómo si fuera mi película favorita.

Y ahora no quería que pensara que no podía pasar ni un solo día lejos de él.

Pero también me gustaba la idea de pasar un sábado juntos y ver que era lo que sucedía.

—¿Por qué das tantas vueltas? Te vas a marear – su voz me hizo detenerme –. ¿Qué pasa?

—amm... nada – le sonreí –. Bueno, sí, quiero hablar contigo

Daryl arqueo una de sus cejas con curiosidad.

—¿Qué sucede?

—quería preguntarte algo – empecé a balancearme sobre mis talones –. ¿mañana tienes algo que hacer?

—¿en sábado? No, al menos que Merle se meta en algún problema...

—¿quieres ir al lago? – le pregunte sin más, ansiosa por su respuesta

—¿me estas invitando a salir? – una de sus comisuras se elevó unos cuantos milímetros

—sí, creo... podríamos llevar algo de comer y pasar ahí la tarde – mi dedo buscaba el anillo, el cual ya no existía. Necesitaba otro mecanismo para controlarme –. Solo si quieres

—¿Qué debo llevar? – preguntó, subiendo los escalones y colocándose justo frente a mi

—no tienes que llevar nada. puedo encargarme yo, fui la que te invito – tenerlo cerca producía cierta mezcla de sensaciones –. ¿Qué dices?

Una de sus manos toco ligeramente la mía. Un simple roce y ya estaba acabada.

—vengo por ti, a las dos, ¿está bien?

Asentí, no podía articular palabra y Daryl sabia el efecto que tenía sobre mí, al menos de una manera inconsciente.

La tarde fue más de lo mismo, ahora ya utilizaba las pinturas que él me habia regalado y la verdad es que era mucho mejor en cuanto a pintura al óleo que con los lápices.


Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora