Once.

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—Adhy, ¿Dónde estás? – Nona entro al establo inspeccionando cada una de las habitaciones

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—Adhy, ¿Dónde estás? – Nona entro al establo inspeccionando cada una de las habitaciones

—¡aquí! – asome la cabeza desde la última – ¿Qué sucede?

—necesito que me hagas un par de favores – me extendió un papel doblado a la mitad –. ¿Podrías ir al pueblo por esas cosas?

—claro, ¿me van a prestar la camioneta del abuelo? – sonreí esperando una afirmación

—de hecho, se la vamos a prestar a Daryl

Jesse de inmediato salió de su escondite, él quedaba justo detrás de Nona y llevaba una expresión de asombro.

—¿a Daryl? – cuestione, también sorprendida –. ¿Por qué a él?

—bueno, tú no te sabes manejar en el pueblo y Joan no puede ir ahora, así que le pedí de favor a Daryl que te acompañara, así van y vuelven rápido – sonrió como si no pasara nada

—de acuerdo – dije, no tan convencida – ¿quieres que me vaya ya?

—no, termina aquí y luego te vas a cambiar, para que no vayas con la ropa del establo – seguía con la sonrisa bien puesta –. Te veo ahora cariño

Ella salió por el lado contrario, así que no se percató de la presencia de Jesse quien ya había cambiado su expresión por una un tanto burlesca.

—vaya, parece que tendrás una tarde romántica

—cállate, Jesse – lo amenace con mi índice –. No ves que solo es un encargo

—pero con tu pretendiente – elevo una de sus cejas –. Te la has pasado con él todas las tardes, ¿en serio piensas que me voy a creer que no tienen nada?

Lo mire con los ojos entrecerrados.

—van a terminar por estar juntos y lo sabes – agregó

—ponte a trabajar

Le enseñé la lengua y me di media vuelta. Su risa invadió el establo, a veces quería matarlo.


[...]


Luego de terminar mi rutina matutina y de cambiarme de ropa, salí directo al taller. Nono y Daryl hablaban del cambio de un motor cuando cruce la puerta.

—bien, es hora de que se vayan – dijo Nono –. Cuídame a Adhy y a la camioneta, si le pasa algo Clare me asesina

—¿estás hablando de la camioneta? – bromeé

—claro, de ti podemos conseguir un remplazo – Nono continuo la broma –. No de verdad, cuida a Adhy, por favor

—lo hare, no tiene de que preocuparse

Daryl me saludo con su característico movimiento de cabeza, para luego dirigir sus pasos a la camioneta estacionada al frente. Me despedí de mi abuelo, prometiéndole regresar lo más pronto posible.

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora