Siete.

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Ya llevaba tres días con Daryl ayudándome en el establo

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Ya llevaba tres días con Daryl ayudándome en el establo. Me paso por la cabeza ir a la casa de Jesse a ver si era cierto que estaba tan malo como decía o tenía yo que encargarme de él con mis propias manos.

Aunque por más raro que pareciera, él tomo un poco más de confianza y decía más de dos palabras o sus gruñidos que de vez en cuando soltaba. Hablábamos de cosas muy triviales, sin involucrar a las familias, una especie de pacto no hablado.

—entonces... ¿mañana ya vuelve Jesse? – Daryl cargaba una de las tinas hacía afuera

—supuestamente, espero que sí – note que eso podía sonar muy mal –. Ya me duele la espalda y lo hare pagar por esto, aparte tú tienes que venir a ayudarme y seguramente ya estas harto de mí

—no es tan malo como creía

—¡oye! Ya hasta haces bromas – me reí bajito –. Qué bueno que no te resulte tan insoportable

—también me pagan más – se encogió de hombros

—sabía que era por el dinero, todos son iguales

Él hizo una mueca graciosa, supongo que no quería reírse y por eso hacia ese tipo de gestos. Su fachada de chico rudo no podía caerse así sin más.

Deje que sacara todas las tinas del establo mientras yo hacía una de las habitaciones. Daryl volvió a subirse a uno de los barriles, observando todo desde afuera, parecía mi guardaespaldas.

—oye – capte su atención –. ¿te acuerdas de que me hablaste de un bar al que solías ir? – él asintió –. Bueno, hace bastantes días que llegue y quería ir al pueblo, ¿me puedes recordar su nombre?

—¿quieres ir a un bar? – arqueo una de sus cejas

—¿lo preguntas porque soy mujer?

—no, solo que... bueno – me observo de arriba abajo –. No pareces de las que van a bares

—de vez en cuando, tampoco me la paso metida en ellos – baje la guardia –. No se bien que haya para pasar el rato. Da igual, déjalo, de todas formas, dudo que Nono vaya a querer llevarme hasta allá

Daryl se mordisqueo su labio.

Debía admitir que ese tic me gustaba.

—bien, me podre manos a la obra...

Le dije antes de volver a ingresar al dormitorio. No sabía porque le habia hecho esa pregunta, cuando estaba en la universidad pocas veces me permitía salir de fiesta y cuando lo hacía volvía antes de medianoche. Jamás fui una de esas personas que salían de jueves a domingo. Lo mío era mantener la nariz metida en los libros para sacar las mejores notas y no decepcionar a mis padres.

Luego de un rato, Daryl tuvo que volver al taller a ayudar a mi abuelo. Me quito un peso de encima no tener su mirada sobre mí, trabajaba mejor si no tenía presión.


Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora