Parte 1/2
Adhara y Daryl.
Dos vidas completamente distintas, unidas en un verano.
Ambos tienen que averiguar si lo que están haciendo en ese momento es lo que realmente quieren para el resto de su vida o se atreverán a dar un paso hacia lo descono...
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Adhy se encontraba dibujando pequeños círculos con uno de sus dedos sobre mi pecho. Aún estaba lo suficientemente obscuro para no tener que salir corriendo a casa de sus abuelos y que no le tocara un regaño por parte de la señora Clare.
La escuche suspirar antes de acurrucarse contra mí como si fuera un pequeño gatito buscando calor humano.
—tanto te aburro, ¿he? – le dije. Ahora yo era quien dibujaba círculos sobre su piel desnuda
—no es eso
—¿quieres que te lleve ya a tu casa? – me moví un poco, así podía verla
—no, ese es el problema – soltó una pequeña risita –. Me quedaría aquí, por el resto de mi vida. Eso es cursi, ¿no?
—puede que me dé un coma diabético – bromee –. Aunque te entiendo...
—¿ya te pegué lo cursi?
—puede ser, tendremos que tomarnos un tiempo el uno del otro
Adhy golpeo mi pecho, para ser tan pequeña, tenía bastante fuerza. Se acomodo mejor, poniendo su peso sobre uno de sus brazos, el cabello le cayó de costado, haciéndola lucir todavía más guapa de lo que ya era.
A veces no entendía que veía ella en mí. Le llevaba algunos años, era un tipo de pueblo, lleno de grasa la mayoría del tiempo gracias a mi trabajo y probablemente los tipos con los que había estado antes eran millones de veces más atractivos que yo.
Adhara podía conseguir a cualquier hombre en el mundo si se lo propusiera.
—¿en qué tanto piensas? – me sacó del trance
—en lo hermosa que eres
¿En qué momento me volví esta persona?
—¡Daryl! – a pesar de la obscuridad, podía ver sus mejillas sonrojarse –. No digas tonterías
—para mí no son tonterías – me encogí de hombros –. Señorita, necesito llevarla de nuevo a su casa. La señora Clare me va a cortar la cabeza si te ve llegando a estas horas
—ya que – asintió resignada
La vi vestirse, con la luz de la luna todavía sobre nosotros. Mi cabeza seguía sin creer lo que estaba pasando entre nosotros, no entendía lo que Adhy provocaba en mí, era como vivir en un mundo completamente diferente al que estaba acostumbrado.
