Veintiseis.

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Decidí que era buen momento para contarle a Daryl que me mudaría a Atlanta, por lo que organice una cena en el viejo granero

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Decidí que era buen momento para contarle a Daryl que me mudaría a Atlanta, por lo que organice una cena en el viejo granero.

En parte esta decisión era gracias a él.

No necesitaba ponerle tanta responsabilidad sobre sus hombros o que pensara que quería que lo nuestro fuera un "para siempre", pero que al menos tendríamos la posibilidad de descubrir si eso era algo que queríamos en un futuro.

—¿entonces te quedas? – Bonnie dio un par de saltitos

Los chicos me estaban ayudando a montar todo en el granero, así en cuanto Daryl se acercará al porche, yo lo llevaría al lugar para tener la privacidad necesaria para hablar y disfrutar de la cena.

—tengo que regresar y decírselo a mis padres – su emoción me hizo sonreír –. Aunque en teoría tendría que vivir en Atlanta mientras me saco el titulo

—pero estarías más cerca y podríamos verte – Jesse rodeo a su novia con un brazo –. Ir a visitarte a la gran ciudad cuando Daryl no vaya a verte

—no le he dicho nada – confese, con algo de culpa –. Hoy va a ser el día y la verdad me da miedo como reaccione

—¿Por qué reaccionaría mal? – Bonnie frunció el ceño –. Digo, va a tener a la mujer que le gusta cerca

—hace un par de noches quise hablar con él de esto y me contesto que también tenía algo para decirme – me encogí de hombros –. Quizás necesitaba decirme que no estaba preparado para esto

—Adhy, es Daryl, no está listo para nada – Jesse bromeo, aunque dejo de sonreír cuando recibió dos golpes –. Me refiero a que esto es nuevo para él – se sobo el brazo –. Pero te ha demostrado que le gustas, ¿no?

Asentí, supongo que no debía de preocuparme tanto, podía ser una buena noticia y yo aquí teniendo pensamientos catastróficos como era costumbre.

Terminamos de arreglar la mesa unos minutos más tarde. Me arriesgue a poner algunas velas, un mantel que me robe del ático de Nona, preparé algo de ensalada de pasta, lleve limonada y un par de cervezas para Daryl.

Los tres nos alejamos para ver nuestra obra maestra.

—se te va a ir encima después de que le digas – Bonnie me abrazo con efusividad –. Mañana nos contaras

—no creo que eso suceda – me reí, aun con sus brazos a mi alrededor –. A lo mucho va a sonreír, espero...

—lo hará, ¿Quién se resistiría a esto?

Jesse me abrazo del otro lado, haciendo una especie de sándwich de amor.

Regresamos al porche, ellos tenían cosas que hacer con la familia de Bonnie y yo debía esperar a Daryl allí.


[...]


Luego de que me dejaran sola, el corazón me empezó a latir con fuerza. Acompañada era fácil pensar en todo lo que tenía para decirle, pero una vez que contemplaba el escenario y lo que podría salir mal, me entraba un ataque de ansiedad.

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora