Nueve.

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Estaba frente al espejo viendo cual era el atuendo adecuado para llevar a una feria

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Estaba frente al espejo viendo cual era el atuendo adecuado para llevar a una feria. El día parecía estar soleado y no había mucha probabilidad de lluvia, por lo que podría ponerme alguna de las faldas largas que encantaban, pero ir en la moto con Daryl anulaba de inmediato aquella posibilidad.

El día anterior había ido a comprar un par de jeans y shorts con mi abuelo y sin duda, eran la opción más adecuada. Lo que no terminaba de convencerme era la parte de arriba. Saque absolutamente todo lo que llevaba y nada me gustaba lo suficiente.

—¿Por qué estas tan nerviosa? – Nona se recargo en el marco de la puerta

—no estoy nerviosa, solo no sé qué usar – hice un puchero, viéndola por el reflejo del espejo –. Me refiero a que realmente sea adecuando para la ocasión

—no creo que Daryl sea de los que se fija en eso – ella ingreso a la habitación. Hizo un hueco en mi cama para sentarse –. Lo que te pongas estará bien para él

—Nona, esto no es por Daryl – me mordí el labio inferior

Probablemente si era por él.

Termine por sentarme junto a ella en la cama. Daba igual a que distancia estuviéramos, ella siempre podía descubrir mis sentimientos o pensamientos.

—entonces, ¿a quién quieres impresionar?

—a nadie, solo es para verme bien y sentirme cómoda – sonreí –. Estaría igual si hubiera sido Bonnie o Jesse quienes me hubieran invitado

Nona arqueo una de sus cejas. No me estaba comprando en absoluto aquel discurso y para ser sincera, yo tampoco me lo estaba creyendo.

—¿te gusta? – soltó sin más. Lo que me hizo girar hacia ella con los ojos bien abiertos –. Puedes ser honesta conmigo. Está bien si te gusta

Suspire analizando la situación. Habia algo que me decía que Daryl si me generaba cierta atracción, pero tampoco estaba aquí para buscar el amor.

Era consciente de que mi tiempo en la granja era limitado. Por más que mi última decisión fuera dejar medicina, tendría que volver para recoger cosas, darme de baja y probablemente mis padres harían hasta lo imposible para que me regresara con ellos o me inscribiera a mi segunda opción.

—si te soy sincera, no lo sé – respondí, por fin –. Me siento cómoda con él, las tardes ahora son más divertidas y sí, creo que es un hombre atractivo, pero tampoco podría asegurarte que me gusta. No le conozco de todo y eso siempre es importante

Nona palmeo mi pierna, supongo que comprendiendo lo que acababa de decir.

—bien cariño, supongo que no está mal que te diviertas un rato – suspiró –. Y, por cierto, te ves bien con cualquier cosa, así que sea lo que sea, vas a deslumbrar

—¡tenías que ser mi abuela!

Ambas reímos para bajar un poco la tensión de la situación.

Termine usando unos shorts ajustados, un top azul cielo que dejaba al descubierto una parte de mi abdomen. Pensé en volverlo a cambiar, pero ya era tarde y la chamarra de mezclilla lo ocultaría si fuera necesario.

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora