Veintidos.

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Lo de hablar con Nona la verdad es que me costaba un poco de trabajo, por lo que opte por ignorarlo y para que Daryl no se sintiera observado, era yo la que acudía al taller antes de su hora de salida

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Lo de hablar con Nona la verdad es que me costaba un poco de trabajo, por lo que opte por ignorarlo y para que Daryl no se sintiera observado, era yo la que acudía al taller antes de su hora de salida.

—sabes que de todas formas nos sigue observando, ¿no? – obvió Daryl ya en el porche

—lo sé, soy pésima para las confrontaciones, pero voy a tener que hacerlo

—déjame hablar con ella – repitió –. No tenemos planes de boda, pero no podemos negar esto

Me reí por lo bajo, escucharlo hablar de planes de boda me daba un leve cosquilleo en la boca del estómago. Ninguno de los dos pensaba demasiado en el futuro, sobre todo teniendo en cuenta que yo no estaba segura de lo que sucedería conmigo en septiembre.

—me amarrare los pantalones – termine por decir –. Es verdad, no podemos ocultarlo más

—está bien, si tú quieres hacerlo – se encogió de hombros –. ¿Mañana nos vemos?

—sí, no sé bien donde está el lugar que me dijiste, pero preguntare – le guiñe

Junto a Daryl decidimos que era bueno seguir teniendo alguna que otra cita fuera de la granja, por lo que ese sábado nos veríamos en el pueblo. Por lo que había escuchado, existía una cafetería que hacían empanadas deliciosas y también el pastel de queso tenía una buena reputación.

Cuando él se fue, supe que era momento de hablar con Nona respecto a todo lo que sucedía entre los dos, claro que no le contraria a detalle lo que paso, pero si estaba determinada a detener aquel comportamiento tan extraño.

—Nona, ¿puedo hablar contigo un momento? – me acerque a ella cuando ya estaba descansando en el sofá

—claro cariño, ¿Qué sucede? – bajo su libro, para verme sobre sus gafas

—es sobre Daryl – me mordisquee el labio inferior –. Quiero que hablemos de el comportamiento extraño que estas teniendo con él

Nona se tensó, me daba la sensación de que era una niña a la cual la habías atrapado robando una galleta de la cocina.

—¿Cuál comportamiento? – frunció el ceño

—el hecho de que lo espíes y que lo intimides con la mirada para que no se acerque a mí – obvié tomando asiento en el piso de la estancia –. Nona, sé que tú solo quieres lo mejor para mí, lo agradezco, pero Daryl es algo bueno y si bien, no sé qué vaya a pasar cuando el verano termine, no quiero que seas como mi padre y dirijas mi vida

—cariño, no quiero dirigir tu vida – cerro el libro, dejándolo en la mesita a su izquierda –. Solo quiero que estes segura de eso, como dijiste, no sabes aún que quieres para tu futuro y creo que deberías de decidirlo antes de embarcarte con un romance

—¿crees que hago mal?

—creo que, si al final no puedes decidirte, los dos van a sufrir y si bien tú eres mi principal preocupación, Daryl tampoco merece pasarlo mal

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora