Veintiocho.

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Adhara

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Adhara.

Esa mañana se me dificulto más despertarme, ni Tiko tuvo tanto poder para hacerlo. Tenía que dejar la granja ese mismo día, iba a tener que enfrentar a mis padres en cuestión de horas y lo único que quería era quedarme allí, atarme a un árbol y no volver a verlos.

—las sábanas se te pegaron, cariño – Nona sonrió, aunque parecía bastante triste

—sí, supongo que ellas tampoco querían que me fuera – me encogí de hombros –. En fin, traeré las maletas, así no tenemos que estar corriendo

—Adhy, todavía tienes una oportunidad, ¿lo pensaste bien? – mi abuelo parecía suplicar

Me quede en silencio. Lo había pensado durante toda la noche, tanto que incluso soñé en cómo sería mi vida si no volvía a Virginia, pero nada de lo que pasaba en mi cabeza resultaba en un buen escenario.

—sí, será mejor que vuelva – conteste, por fin –. Papá no estará decepcionado

—nosotros tenemos dinero, podemos pagarte la universidad en Atlanta – Nona se ofreció

—¡no! En absoluto dejaría que hicieran algo así, en todo caso yo puedo trabajar, sin embargo, ya lo pensé bien y era una locura lo que estaba intentando hacer – sonreí

—es tu felicidad, Adhy, no es una locura – Nono intervino

Mis abuelos parecían estar determinados en hacerme cambiar de opinión y que terminara quedándome. Más allá de que no quería problemas con mis padres, también estaba el hecho de que tendría que ver a Daryl, no todos los días, pero sería más fácil encontrarlo y era algo que me lastimaba.

—voy por las maletas y me despediré de Smore y los demás – dije, cerrando el tema

Luego de bajar las cosas, me fui directo al establo, donde se supone que estaría sola, pero Bonnie y Jesse estaban esperando en la puerta.

—¿Qué hacen aquí? – fruncí el ceño

—venimos a despedirnos y así es como nos tratas – Jesse negó

—me refiero a que nos despedimos ayer, pensé que ya nos los volvería a ver – me acerque a la habitación de Smore para acariciarlo –. Al menos no hasta el otro verano

—¿volverás? – Bonnie sonaba entusiasmada –. Espero que lo hagas, te volviste una muy buena amiga, no nos abandones así

La morena hizo un puchero y sus ojos se cristalizaron enseguida.

—no llores, voy a llorar y luego Jesse se hará el que es un valiente vaquero, pero terminara berreando junto con nosotras – mi voz se quebró, aun luego de la broma

Ocean Eyes || Daryl Dixon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora