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"Porsche" Pachara Kittisawasd solía vivir a tres horas de Chiang Mai. Pero había estado ausente un tiempo. Nadie sabía que había pasado con él. Algunos decían que se había mudado a otro pueblo y otros que había vuelto a Chiang Mai. Lo cual sería imposible de creer para muchos, pues en ese lugar había perdido a su hermano.

―Mmm― le sonrió. Sacó un arma y la paseó por su cuello. ―¿Te gusta esta?

Hasta sus más grandes amigos afirmaban que se había vuelto loco, otros decían que podía tener principios de esquizofrenia después del accidente de su hermano. Lo único que deseaban era ayudarlo de alguna manera.

―A mi sí. Está perfecta― volvió a sonreír. Y la tiró al sillón que estaba a su lado. ―Pero yo quiero usar otra cosa contigo precioso― Entonces abrió un pequeño maletín de cinco llaves. Navajas.

Tres años después de aquella gran pérdida, todos le habían perdido el rastro. Y el caso de la muerte de su hermano terminó perdido entre los expedientes policiales. Nadie nunca volvió a darle importancia. Nadie nunca volvió a mover un dedo por él y por la muerte de Porchay. Simplemente dejaron que muriera sin justicia alguna.

―¿Viste cómo terminó tu amigo?― la mandíbula empezó a temblarle sin control. ―¿Lo viste?― le preguntó gritándole. Pete solo logró afirmar con la cabeza, mientras las lágrimas le brotaban por los ojos. ―Así vas a quedar tú también, sino es que antes te mato.

El tiempo continuó. Y él ya no vivía tranquilo. Sabía que su hermano no descansaría en paz hasta que él o alguien de su familia hicieran justicia por su propia mano.

―¿Quieres saber quién soy?― acercó su repugnante rostro hasta el de Pete. Este intentó cerrar los ojos. ―Pregúntaselo a tu novio, bonito― fuertemente arrancó la cinta adhesiva de la boca de Pete, este soltó un grito ahogado. Intentó respirar.

Y él sería quién cobraría venganza por aquel accidente que había provocado la muerte de su hermano. Sería él, pues era el único que sabía la verdad. El único que sabía ese gran secreto.

―Él te sabrá explicar con exactitud lo que hizo― le susurró, tuvo la idea de acercarse a los labios de Pete. Ligeramente lastimados por la cinta adhesiva. Se los besó. El apretó los ojos, sintiéndose completamente sucio. Porsche movió sus labios, moviendo los de Pete. ―¿Te gustaría saberlo?

When you're gone •VegasPete•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora