Sin aplastarlo trató de ponerse de pie, llegando a sentir la suave respiración de Pete en su entrepierna. Ahora lo puso en bandeja muy cerca a sus labios.
—Abre la boca— le ordenó. Pete no tendría idea de porque. No veía ni sentía nada desde su sitio. Pete abrió ligeramente su boca. Aún con ingenuidad, hizo un hueco pequeño. —Más mi amor— le dijo él. Ahora desesperado. Se correría ahí mismo de lo ansioso que estaba.
Pete abrió la boca un poco más. Esta vez haciendo un gran hueco, mostrando sus labios. No tendería idea de lo que estaba a punto de probar. Pero lo hizo. Cuando menos lo esperó, ya tenia el miembro de Vegas en su boca. Su lengua trató de probar un poco, conocía ese sabor.
—¡Ah! baby— se desahogó él. Sacó su polla de la boca de Pete. El intentó buscarla de nuevo, y al encontrarla muy cerca a sus labios, decidió palpar con la lengua. Vegas se estremeció.
—Métela vamos— le pidió Pete. Él volvió a colocarla entre su boca, esta vez dejando un poco de espacio para que la tibia lengua de Pete pudiera hacer mejor su trabajo. Que sensación. Estaba en el cielo. Y más cuando Pete lo rozo con sus dientes.
—Oh, fuck babe!— gritó él. Completamente extasiado. Pete apretó un poco más los dientes.
Él sintió que moriría. Sacó su polla de ahí y respiró. No podía seguir, sabiendo que se correria pronto ahí mismo. Trató de controlarse. Pete trató de buscar de nuevo el miembro de su novio con la lengua, pero en cambio solo encontró la de Vegas. Se había inclinado para besarle la boca. Para compartir entre los dos el elixir de su masculinidad.
Ahora tocaba el turno de Pete. Era el quién debía ser complacido. ¿Y que otra mejor manera que hundiéndose en su cuerpo? Lo cogió de la cintura, y sin previo aviso, abrió sus piernas y se metió entre ellas dos. Pete sintió que algo venía pronto y él así se lo demostró. Lo penetró con fuerza.
—¡Oh Vegas, sí!— gritó el. Necesitaba cogerse de algo ahora mismo, necesitaba desquitar sus fuerzas en algo, pero no podía, seguía atado de manos. Y eso le gustaba más. Ahora sintió las manos de Vegas cogerle los muslos, a la misma vez apoderándose un poco más de su cuerpo. Se los apretó, y entró en el una vez más.
—Oh Pete, you're so delicious, baby— le dijo él. Y era verdad, todo Pete era una completa delicia. Entonces trató de hacer lo posible por que ambos llegaran juntos. Nunca antes había sentido algo así. Nunca antes había hecho todo por llegar al orgasmo con alguien al mismo tiempo.
Pete se dejó hacer. Sus muslos terminarían con marcas hechas por Vegas. Era una bestia. Era así. Y así le encantaba. Metía y sacaba su miembro con todas sus fuerzas. Pete se retorcía. Gritaba y a la misma vez le entregaba más.
—Vamos, córrete, yo estoy apunto, joder, lo necesito— ahora ninguno de los dos podía controlar la velocidad en la que iban juntos. La velocidad de sus caderas, él entraba y Pete gemía con tanta fuerza, ya había oportunidad de descansar después , Vegas continuaba embistiendo con mucha más intensidad. Hasta que él no pudo más. Su cuerpo jamás había resistido tanto. Las paredes de Pete lo succionaron y se desvaneció y dejó salir todo eso que había estado guardando por varios minutos. Y para su sorpresa, Pete también había llegado al orgasmo.
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When you're gone •VegasPete•
Ficción General"When you're gone the pieces of my heart are missin' you... Segunda parte de Stockholm Syndrome. Adaptación